Acabamos de recibir en España el huracán Cruxshadows. Aunque el Instituto Nacional de Metereología no ha recogido los efectos del paso de este fenómeno metereológico por nuestras tierras, Mentenebre, estuvo allí para contarlo.
Y allí estaba el que esto escribe, encogido de frío en una noche glacial y embutido hasta las cejas en un abrigo que no calentaba lo suficiente, esperando en la puerta de la madrileña sala Copérnico a que comenzara el concierto. Afortunadamente la organización tuvo piedad de las apenas treinta o cuarenta personas que esperábamos en la puerta y abrió solamente unos minutos después de la hora prevista.
Nada más entrar saltaron al escenario los Charlotte's Shadow. Debe resultar muy descorazonador para cualquier artista salir a darlo todo ante una audiencia tan escasa; sin embargo la verdadera raza de los artistas se revela en la capacidad de afrontar con ánimo tales dificultades. Y en esta prueba la verdad es que Charlotte's Shadow sacaron una nota altísima. Su actuación fué espléndida, con un gran sonido, mucho más contundente que lo que dá a entender su último trabajo. Dentro del excelente nivel general de la banda no quiero dejar de destacar la entregada actuación del cantante y la versión que hicieron del tema 'Round and Round', de los Dead or Alive.
Tras un rápido cambio de instrumentos hicieron su aparición los Invaders from Mars; para el que no los conozca, como era mi caso, ellos mismos se encargan de presentarse afirmando que practican Electro Body Punk. Aunque a primera vista pudiera parecer extraña tal mezcolanza la verdad es que sobre el escenario funciona a la perfección; fuertes guitarras, electrónica agil y potente percusión ( magnífico solo, por cierto ), comandado todo por un cantante especialmente animoso y enérgico que lanzó un reto al público; adivinar de quién era la versión que interpretaron, reto en el que todos fracasamos hasta que llegó el inconfundible estribillo de 'It´s a sin', de los Pet Shop Boys.
Y por fin llegó el esperado momento, justo cuando la sala registraba un lleno casi total. Los Cruxshadows, violinista, teclista, guitarrista y bailarinas, ocuparon en silencio el escenario mientras la voz del cantante se oía desde algún punto de la sala todavía por descubrir. De repente un rayo de luz surge del centro del local y el cantante hace finalmente su aparición, embutido en un impactante modelito cibergótico, lleno de lucecitas y chirimbolos varios.
A partir de aquí se desata la locura. El señor Rogue es un auténtico torbellino en el escenario; salta, corre, baila y se encarama a los sitios más inverosímiles sin restar potencia a su voz. Mientras tanto, en el escenario, músicos y bailarinas siguen en lo suyo sin molestarse por perder la atención del público en favor de las extravagancias del cantante. Es una pena que en esos momentos el respetable se pierda las imaginativas coreografías de Sarah y Jessica, la elegante sobriedad de Rachel al violín, la energía de George a la guitarra y el aplomo de Jen a los teclados.
Los Cruxshadows desgranaron todos sus éxitos ante una audiencia entregada; 'Tears', 'Winterborn','Deception', 'Marilyn, my biterness', sonaron junto al nuevo single 'Sophia' o al inédito 'Wake the white queen', del recopilatorio homenaje a Neil Gaiman editado por Dancing Ferret Discs. Los temas sonaban muy bien en directo y no porque llevasen muchas partes grabadas sino porque la actual configuración de la banda ofrece un sonido sólido y eficaz muy por encima del nivel general.
Quisiera hacer mención especial para un par de momentos especiales que tuvieron lugar durante el concierto: El primero fué cuando Rogue sacó a un miembro del público para que nos tradujera que el nuevo disco, "Dreamcypher", va a ser lo más de lo más y que tenemos que comprarlo ( ok, lo haré ) y también que el single 'Sophia' ha desbancado en el primer puesto de las listas estadounidenses de música de baile a la mismísima Beyoncé. El segundo tuvo lugar durante el apoteósico final; mientras sonaba 'Marilyn, my bitterness' Rogue hizo subir al escenario a casi la mitad del público ( a mí no me tocó el turno, lástima ) a dar botes con él y con el resto de la banda.
En definitiva el paso del huracán Cruxshadows fué una grata experiencia que dejó devastados de felicidad los sentidos de la mayoría del público, incluso los sentidos de aquellos que acudieron al evento con camisetas de bandas como After Forever o Burzum.
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