Con más de veinte años de carrera a sus espaldas, La Broma Negra nos sorprende con un disco que recopila varias canciones de su repertorio, pasadas por un sofisticado y elegante tamiz electrónico.
"Joyas de princesas muertas" es un trabajo de La Broma Negra editado en Gaser Discos (Ref: GSR 002) en Noviembre de 2010. Interpretado por Carlos Caballero como cantante y compositor & Alejandro Gómez como guitarrista desde España y navega entre los estilos Pop rock & Electro y tiene una duración de 69 minutos. Enlaces Relacionados:La Broma Negra & La Broma Negra MySpace & Gaser Discos Valoración: 9 sobre 10
El ahora dúo madrileño La Broma Negra ha conseguido dejarme completamente atónito. Cuando recibí su nuevo cd me esperaba una nueva ración de su excelente pop rock, con letras no sólo inteligentes sino también inteligibles, tal y como nos venían acostumbrando con sus últimos lanzamientos. Cuando puse el disco en el reproductor de mi coche mi sorpresa fue absolutamente mayúscula desde el principio al darme cuenta que ese pop rock se habíaconvertido en unas elegantes y primorosas programaciones que transformaban las canciones en pequeñas y sofisticadas perlas electrónicas.
Para encontrar el motivo de esta espectacular transformación hay que remontarse hasta el año 2009, momento en el que, tras la gira de presentación de su álbum “Cómo aprendí a amar a un cocinero”, La Broma Negra decide pasar su repertorio de directo por el tamiz de una mesa de programaciones. Esta voluntad de no estancarse es algo que como mínimo merece un respeto y si encima el resultado es tan espectacular como el que se ha conseguido aquí pues entonces lo que se merece es una atronadora ovación.
A lo largo de los dieciséis temas contenidos en “Joyas de princesas muertas” podemos encontrar una amplia gama de sonidos electrónicos; desde temas que podrían perfectamente haber sido incluidos en algún disco de Wolfsheim ( ‘Nieto de maestro de escuela’, ‘He tocado el cielo’ ) hasta medios tiempos dignos de Blutengel o Cephalgy ( 'Cenicienta’, ‘Me vas a hacer llorar’ ), pasando por canciones alegres, luminosas y hasta bailables ( ‘Sagrado corazón’, ‘Sonetos’, ‘Pablo Ruiz Picasso’, ‘Los niños de Dickens’ ), derroches de épica ( ‘Los reyes no morirán en su cama’ ) o melancolía con un cierto punto de oscuridad ( ‘Fantasma’ ).
Esta enorme variedad de sonidos hace que “Joyas de princesas muertas” sea un disco enormemente entretenido, que no aburre en ningún momento sino todo lo contrario. La melancólica y expresiva voz de Carlos y las guitarras de Alex se acoplan perfectamente con este nuevo sonido, haciendo que las canciones suenen brillantes y frescas, sin resentirse en absoluto del tremendo lavado de cara al que han sido sometidas. No sé cual habrá sido la reacción de los seguidores de la banda ante la nueva dirección que ha tomado La Broma Negra pero para mí han dado completamente en la diana. Si se deciden a continuar en esta dirección musical en un futuro estoy convencido que lo harán de forma brillantísima, tanto como lo han venido haciendo hasta ahora con su sonido tradicional.
Sinceramente creo que no existe una música que se pueda catalogar de buena y otra que se pueda clasificar como mala, sino que en realidad existe la música que te gusta y la que no, la que te hace vibrar y la que te deja indiferente. Eso es algo que siempre intento aplicar cuando reseño un disco. Sin embargo, también creo que si hay algún criterio por el que se puede clasificar una canción como buena o mala es que resista bien un cambio tan radical como el que han experimentado las canciones de “Joyas de princesas muertas”. Y lo cierto es que los temas de este disco no sólo han resistido bien dichos cambios, sino que lo han hecho dejando intacta su magia e incluso aumentándola en muchos casos. Ahí quizá resida un criterio fundamental para determinar si una canción es buena o no, que suenen bien cualesquiera que sea su envoltura exterior, y yo creo que las canciones de este disco son buenas, pues todas han pasado la prueba de manera sobresaliente.