Los británicos dan un paso más en su brillante carrera en el underground metálico mutando la forma, pero manteniendo intacto el oscurísimo fondo del que siempre han hecho gala sus composiciones.
"Words thet Go Unspoken, Deeds That Go Undone" es un trabajo de Akercocke editado en Earache (Ref: MOSH 322CDL) en Noviembre de 2005. Interpretado por Jason Mendonça como guitarra y vocalista & David Gray como batería & Peter Theobalds como bajista & Matt Wicock como guitarrista desde Gran Bretaña y navega entre los estilos Dark Metal & Black Metal & Death Metal y tiene una duración de 48,03 minutos. Enlaces Relacionados:Akercocke & Earache & Mastertrax Valoración: 8 sobre 10
Tiempo de cambios para Akercocke, una de las bandas más aclamadas y respetadas del metal extremo mundial. Por alguna razón todavía no han dado el salto a las grandes ligas, esas en las que se mueven Dimmu Borgir, In Flames o más recientemente Opeth, por poner tres ejemplos de bandas de diferentes estilos pero que ya comparten público. Quizá porque su propuesta es bastante menos accesible, sobre todo en el fondo, o quizá simplemente por falta de promoción, pero la verdad es que Akercocke no han alcanzado ni de lejos el reconocimiento que merecen.
Posiblemente para los lectores habituales de Mentenebre este "Words That Go Unspoken, Deeds That Go Undone" no sea la mejor puerta de entrada al sonido de Akercocke, a pesar de los cambios de los que hablaba al principio. Seguramente el anterior disco, "Choronzon" y sus ambientes oscurísimos y pesados se hagan más accesibles para el oyente no demasiado habituado al metal extremo. Sin embargo, si por algo se ha caracterizado la producción de la banda británica es por su extrema calidad, ya sea en sus discos más brutales, con esa mezcla casi perfecta de black metal y death metal en "Rape Of The Bastard Nazarene" y "The Goat Of Mendes", o ya sea en los trabajos más abiertos, como el citado "'Choronzon' y este "Words That Go Unspoken...".
Para este nuevo disco, la incorporación de Matt Wilcock a la guitarra no ha supuesto, como era previsible en vista de su pasado musical nada menos que en los grindaustralianosThe Berzerker, una vuelta a los Akercocke más brutales. De hecho estamos ante el disco más experimental de la carrera de la banda, en el que trallazos de black/deathperfectos como 'Verdelet', 'Seduced', 'Seraphs And Silence' o 'Penance' conviven con temas casi góticos como 'Intractable' o 'Lex Talionis', en los que las guitarras se vuelven limpias y oscuras, al igual que la voz de Jason Mendonça deja de gruñir para volverse igual de limpia y melódica, incluso melancólica.
Pero no sólo en esos temas, incluso las andanadas extremas antes citadas cuentan con frecuentes momentos de calma, y también se da el caso inverso, claro, en las tremendas 'Shelter From The Sand' o 'Words That Go...', lo que ha llevado a las comparaciones con Opeth, la banda que ha popularizado esa mezcla de sonidos. Pero, ¿suenan como Opeth? No, ni en broma. Akercocke tienen un fondo mucho más siniestro, más malvado, que los suecos nunca han tenido, ni siquiera en sus trabajos más oscuros como "My Arms, Your Hearse". Incluso esas referencias progresivas, o más bien limpias, que salpican "Words That Go Undone..." tienen más que ver con el primer y más oscurogothic metal que con el rollo más 70's que llevan Akerfeldt y compañía, lo cual no quita que a cualquier seguidor de Opeth (sobre todo a los más góticos) debería interesarle la propuesta musical de Akercocke.
Destacar el excepcional trabajo en la producción, llevada a cabo por ellos mismos, y la mezcla, tan brillante como siempre, del habitual de la banda Alan Douches. Ambos procesos aparecen reflejados en un DVD de una media hora de duración que acompaña el CD, en el que la banda aparece en la sala de ensayo grabando, mezclando... todo ello introducido por un freak italiano de lo más curioso que desmitifica un poco esa imagen de satanistas comeniños que algunos se han empeñado en adjudicarles a Akercocke. Satanistas sí, y además de los serios, pero los primeros en reírse de si mismos también, no hay más que ver la primera aparición en escena del batería (y letrista) David Gray para dejar claras unas cuantas cosas. Un disco formidable de una banda a descubrir.