Desde Cataluña, uno de nuestros mejores músicos vuelve a la carga con el mejor disco de toda su carrera. Música casi inclasificable con pura poesía completamente en castellano que hará las delicias de los mas exigentes.
"Cuando el tiempo sopla" es un trabajo de Ô Paradis editado en Punch Records (Ref: PUNCH 022) en Agosto de 2007. Interpretado por Demian como compositor e interpretación vocal & Sara Guri al cello & J.Weber como colaboración vocal desde España y navega entre los estilos Dark Folk & Dark Pop & Postindustrial y tiene una duración de 50,39 minutos. Enlaces Relacionados:Ô Paradis & Punch Records & MySpace Valoración: 8.75 sobre 10
Hablar de Ô Paradis a día de hoy a muchos nos significa algo importante y que sentimos muy dentro. Seguir la trayectoria de una banda nacional, con letras en castellano, una personalidad y un cuidado musical tan íntimo, nos llena de orgullo e incluso llega a formar parte de nosotros. Y después de escuchar su último álbum “Cuando el tiempo sopla” no hace más que demostrar que la magia de Demian Recio no ha hecho más que conjurarse.
Larga es la trayectoria de este artista catalán e importante la extensión de sus tentáculos armónicos fuera de nuestras fronteras, con fuertes y cercanos lazos con algunas de las bandas más reconocidas dentro del panorama Dark Folk (Allerseelen, Circe, y Novy Svet), como demuestran sus múltiples colaboraciones y trabajos conjuntos. Aunque puedes conocer un poco más de Demian a través de otras reseñas de sus discos anteriores en Mentenebre, comentaré brevemente que fue bajista de Los Sencillos, Dusminguet, y Fang. Continuó con Rosa Solé (componente de los proyectos nacionales que personalmente me embauca poderosamente, Circe) en los inicios de Ô Paradis, trabajó en solitario en otro proyecto de nombre Dakshineswar para concluir su carrera, y su presente en el proyecto que tenemos entre manos. Después de trabajar concienzudamente en algunas de sus primeras maquetas y moverlas de una manera excepcional, Demian creó su propio sello musical, El Círculo Records, aunque con el tiempo la casa discográfica Punch Records comenzó a confiar en su talento y lanzar sus discos. Tanto trabajo ha tenido su merecida recompensa, y también su música ha alcanzo un nivel sobresaliente donde no arriesgaría a decir que Ô Paradis constituye uno de los proyectos más importantes y con más proyección de futuro de las bandas más underground de nuestro país.
Para mí, la música de Ô Paradis es tan especial y enriquecedora como indescriptible. Principalmente, es difícil de clasificar, y así lo ha sido en todos sus discos, porque la manera de mezclar los instrumentos y generar sus melodías y sus percusiones están lejos de toda lógica, y es lo que le convierte en un proyecto único. Dark pop, dark folk, post-industrial… todo unido por un fino hilo sublime. Letras extrañas y encriptadas, mensajes ocultos que a veces no importa tanto su significado como la innata satisfacción de escuchar las palabras. Un poeta oscuro envuelto en llamas de ensueño. Tristeza, añoranza y depresión. Misterio, soledad y vivencias. Mensajes ocultos para recapacitar, aun sin entender.
De este último disco yo destacaría su evolución a todos los niveles. Desde su mejorada calidad, hasta el contenido de sus letras. En discos anteriores, las letras principalmente se basaban en mensajes cortos que se repetían en tono melodioso una y otra vez. No tenía letras desmesuradamente largas. En esta ocasión veo un mayor trabajo en este sentido. Igualmente en el apartado vocal, aunque siempre he disfrutado con su trabajo, no llegaba a convencerme del todo. Obviamente lo intentaba, pero no llegaba a cuajar del todo su voz con el entorno musical. En esta ocasión, su voz también está más cuidada y consigue llenar el vacío que antes no lograba. Eso sí, las letras siguen siendo como antes comenté, bastante personales y confusas, pero ésta es una de las esencias de Ô Paradis. Es su proyecto personal e íntimo, y el significado de las letras no tiene por qué presentársenos completamente abierto. Sus metáforas son la materia prima de su poesía. En el apartado musical también veo evoluciones o diferencias. En anteriores trabajos predominaba bastante el uso de instrumentos invertidos, que sonaban como succiones ambientales. En esta ocasión todo lo contrario. Demian me ha demostrado que es un maestro de la instrumentación. Me gusta analizar profundamente los instrumentos usados por los músicos, la forma de tocarlos y, sobre todo, intentar reconocer su naturaleza, y es sorprendente realizar este experimento con Ô Paradis. Reconoces instrumentos como órganos, sonidos agudos como campanas suaves, guitarras acústicas, por supuesto bajos… pero la forma de estar programados con el resto de sonidos, voces, y ambientaciones, generan un complejo todo de llamativa maestría. Igual que, para mí, Allerseelen muestra su verdadero dominio en el apartado de percusiones, Demian también hace de estos instrumentos una de sus pautas más llamativas. Crear ritmos con sonidos, que nadie imaginaría que podrían utilizarse así, es algo digno de admiración.
Por si todo esto no fuera suficiente, también podremos escuchar la colaboración más que presente de Sara Guri tocando el cello, que enriquece de manera notable los temas. Hablando de colaboraciones, aparte de Sara, también J.Weber (texto y voz del particular cantante de Novy Svet) colabora en 'Dejar de correr' (tema bastante interesante con sonido muy post-industrial dominado por distorsionadas percusiones), Cecilia y Sergio (aportando sus voces en 'Guarida', un tema muy recomendado por la voz femenina y por la pegadiza melodía), Tairy Ceron y Flavio Rivabella, voz y trompeta respectivamente (en 'Tiempo' tema muy ambiental y de tempo relajado con una hipnótica voz recitando en italiano. Impresionante), Daya y Montse recreando los coros en 'Sexo a la luna' (mi preferida, escuchar su letra no puede por menos que estremecerte… Ojos cerrados, oídos atentos, ciudades dormidas que hablan en sueños… Gloriosa!), y otras aportaciones en la lírica por parte de Catalina Isis en 'Dias' (sonido muy Ô Paradis donde predominan sonidos distorsionados y el cello), y Hugo Wast en '6:66 H.W.' (canción de voz lacónica, sufrida y agonizante).
14 temas que resumen lo mejor que, de momento, ha podido dar de sí Ô Paradis y que recomiendo con especial énfasis prácticamente a todo el mundo, pues aunque, ciertamente, no se trate de una música muy comercial, donde no hay una estructura facilmente definida, creo que cualquiera puede encontrar algo de interés en su propuesta.
