Bill Leeb llegó tarde y por las limitaciones de horario que impone el Ayuntamiento de Madrid la banda sólo tocó 45 minutos.
Eran las 4 de la tarde cuando a Bill Leeb se le ocurrió la genial idea de irse a ver el Museo del Prado. No es que yo precisamente esté en contra de este tipo de prácticas, veo lógico que si uno está en Madrid por primera vez y tiene un tiempo libre, qué mejor que invertirlo en visitar la primera pinacoteca española. Parece ser que cuando salió de allí se encontró con la Gay Parade que tenía lugar estos días en la capital y que no supo como salir de allí al no encontrar ningún taxi.
Yo creo que ya somos todos mayorcitos y sabemos que cuando hemos firmado un contrato lo que tenemos que hacer es cumplirlo y no es de recibo dar esas excusas para justificar un importante retraso en la actuación. Conclusión: que los FLA en su primera visita a Madrid nos obsequiaron con un miniconcierto de 45 minutos. Como es lógico, cuando se echó el telón la gente comenzó a protestar y con razón puesto que habíamos pagado por un concierto completo y no sólo por aquel entremés. El caso es que sólo se trató de apaciguar al público ofreciéndole una copa gratis si mostraban la entrada en el Dark Hole, lugar del after party (que luego resultó ser un chupito de cava). Esto no es así.
Sturm Promotions es una productora de conciertos con un extenso currículo a lo largo de muchos años de buen trabajo pero que en esta ocasión sin duda no acertó en la manera de actuar. Podían haber tratado el tema con una mayor sensibilidad hacia el público que es quien al fin y al cabo sostiene los conciertos. Podrían por ejemplo haber advertido antes de empezar que el show duraría sólo hasta las 12 y que quien quisiera se marchara con el reintegro de su entrada. También se podía haber hablado con el grupo y habérsele pagado menos caché por incumplimiento de contrato y haber devuelto parte de la entrada a los asistentes. De todos modos, yo que tengo alguna experiencia en la organización de conciertos y eventos, comprendo que somos humanos y que a veces no acertamos a la hora de afrontar un imponderable como el de este concierto. Esperemos que Sturm Promotions se saque pronto esta espina con próximos conciertos a lo grande y sin problemas.
Hechas estas disquisiciones pasaré a reseñar brevemente lo que dio de si el concierto. Primero tuvimos a unos chiquitos de Vigo, Rave Party Animals, que practican una suerte de cybermetal, con rasgos a lo Ministry o Atari Teenage Riot, pero a los que les queda todavía un poco de camino por recorrer. Aunque dignos, tienen que depurar más su sonido.
Respecto a FLA la verdad es que nos quedamos con la miel en los labios. Tocaron poco tiempo, pero vaya como tocaron. La batería para el directo y la guitarra eléctrica exudaban potencia por los cuatro costados, con el acompañamiento de los ruiditos electrónicos tan característicos de FLA. Bill Leeb estaba muy activo y arengaba a las masas para que vibraran con sus canciones. Fueron pocas pero muy selectas, mirando hacia "Millenium" y "Hard Wired", dos de sus mejores trabajos: fueron brutales 'Vigilante', 'Transparent Species', 'Millennium', 'Liquid Separation'… ¡menuda tralla! Fue algo espectacular. Aunque el climax se alcanzó con un clásico de los primeros tiempos de FLA: 'Mindphaser', extraído del "Tactical Neural Implant" de 1992. Y en medio del éxtasis, con toda la gente fuera de control van y chapan el garito. Menudo bajón, con lo que estábamos disfrutando…
Así que con el mal cuerpo y sin ninguna solución para aquel fiasco nos fuimos de allí totalmente alicaídos. Esperemos que haya una próxima ocasión de ver a FLA en Madrid, y que nos devuelvan en forma de larga y excitante velada todo lo que este 30 de junio de 2007 no pudieron ofrecernos.