Más delicias en este ciclo único programado por la Sala Apolo de Barcelona, una serie de actuaciones de altísimo nivel y algunas de ellas inéditas en España.
Desde que me enteré de la noticia, -y creo que fui de los primeros en hacerlo- no pude dejar de pensar en otra cosa: por fin se me prestaba la oportunidad de ver a Nurse With Wound en directo. Este hecho era, sin duda, un acontecimiento único, no sólo porque, después de nada menos que 28 años de carrera musical, fuera la primera vez que actuase en España, sino porque además lo hacía en compañía de su eterno amigo y front man de Current 93, David Tibet, y otro gran compositor con el que ha compartido experimentación en sus últimos trabajos, Colin Potter. Además de esto, Nurse With Wound estaría precedido de dos actuaciones más, una de ellas la ofreció el propio Colin Potter. Este artista fue el encargado de dar comienzo al espectáculo que estaba programado para comenzar a las ocho de la tarde, pero que sufrió un retraso de aproximadamente 15 minutos.
Estos quince minutos fueron fundamentales para que tomase contacto con la sala, dado que llegué al evento con la hora pegada al culo y temía que las actuaciones hubiesen comenzado. Afortunadamente no fue así.
La primera impresión que me dio el teatro donde todos estos grandes y remarcables músicos iban a dejar constancia de su maestría, fue muy grata; El Teatro Apolo es una preciosa sala destinada a espectáculos que posee un generoso escenario y dos alturas para poder contemplarlos. También presenta dos barras, en una de ellas, la más cercana a las escaleras de entrada, multitud de gente se encontraba reunida pidiendo bebida, bebiendo y charlando. No tardé demasiado en darle uso yo también, cinco minutos después de tomar contacto con mi nuevo contexto me aproximé a ella con intención de pedir una cerveza para refrescar el gaznate. Lo que más me gustó del momento fue que al hacerlo me encontré a mi lado a David Tibet, giré la cabeza para otro lado con la intención de no parecer un fan sorprendido, y mi mirada chocó con la de Steven Stapleton. En ese momento me quedé extasiado. Andrew Liles también se encontraba cerca, fue entonces cuando, exhausto por la impresión, decidí tomar asiento y esperar a que Colin Potter comenzase su actuación. No tardó demasiado en hacerlo, esta duró aproximadamente unos tres cuartos de hora. Potter jugó con los efectos del sonido generado por unos samplers grabados y, ocasionalmente, su propia voz. Para ello utilizó una mesa de efectos y un fantástico ordenador portátil de color plateado, del que no perdió su atención en todo momento. Tras él, una lona de dimensiones aproximadas a la longitud del escenario, situada detrás de los artistas, se alzaba por encima de nuestras cabezas. En ella se pasaban imágenes experimentales que acompañaron a la música de estos tres proyectos musicales.
Después de que Potter finalizase se produjeron 5 minutos de descanso para adecuar la nueva actuación. Esta vez le tocaba el turno a Andrew Liles que salió acompañado de Ernesto Tomasini. Juntos ofrecieron un sorprendente concierto fusionando la afinada y delicada voz de Tomasini con los inquietantes efectos sonoros que Liles generaba a partir de cadenas y chasquidos. Sin duda se trató de una gran actuación que sorprendió a más de uno. Muy cuidada en su sonido y resultado, así como en la puesta en escena de Tomasini y los videos rodados sobre la citada lona trasera. Stapleton se encontraba detrás del público, apoyado sobre la pared, escondido tras su gorra de color verde militar, delatado por su característica perilla. No tardé demasiado en presentarme a mi héroe y ofrecerle uno de mis discos para que me lo adornase con su firma. La firma iba acompañada con una dedicatoria que rezaba mi nombre. Ahora era más feliz que una perdiz, mi ídolo me había personalizado uno de sus discos, y dentro de unos minutos le iba a ver por primera vez en escena.
Aproveché el descanso para hablar una vez más con Pedro, nuestra conversación se fusionó con el comienzo de la actuación de Stapleton, y se terminó ahogando ante el sonido que los cinco músicos que esta noche conformaban Nurse With Wound estaban empezando a crear. Como si de "La Última Cena" de Leonardo se tratase, Stapleton salió acompañado de Tomasini y Potter, junto con dos músicos más que se ocuparían de generar efectos y cantar en algún tema. En pocos segundos se produjo una apocalíptica melodía creada a base de la distorsión de un violín tocado por Stapleton, las cadenas y los efectos de Liles y la ecualización de Potter. Poco después apareció David Tibet que acompañó con su voz a esa misteriosa y embriagadora composición, recitó unas frases y desapareció hasta el final de la actuación. Cuando reapareció, lo hizo para poner voz a una base de tintes Hiphoperos que Potter había dejado escapar de su ordenador. Se trató de un momento gracioso. A mí me recordó al tema que da nombre al Ep de Current 93/HÖH "Crowleymass", de 1987. Se fusionaron tres actos concebidos en si mismos como una sola canción que presentó una duración de una hora más o menos. Stapleton se mostró tan agradecido como el público presente. Todo resultó perfecto.
El tercer gran genio de la experimentación industrial junto con Throbbing Gristle y Withehouse había actuado en Barcelona a para aproximadamente unas 200 personas, y cabe destacar que la mayoría de ellos eran extranjeros. Es bueno recordar que las ediciones de los trabajos de Nurse With Wound son siempre extremadamente limitadas y que los conciertos de Stapleton a lo largo de su carrera han sido bastante escasos. Sin duda se trató de un acontecimiento único del que me sentía orgulloso de haber presenciado. Fue impresionante, tan personal y único como cualquiera de los discos de este maestro.
Este fue el primero de los dos maravillosos días repletos de memorables actuaciones que escondía el Teatro Apolo durante la última semana de Febrero de 2007. Al día siguiente, uno de mis más queridos artistas desde el comienzo de mi interés por la música iba a dejar memoria de la forma más inefable que jamás hubiese imaginado. Marc Almond, el mito, la leyenda hecha carne, el artista más romántico, decadente y glamuroso que ha existido a raíz de la década de los ochenta, el precursor del género New Romantic junto con Dave Ball tras la creación de Soft Cell, haría acto de presencia tras la recuperación de un grave accidente sufrido años atrás que casi le costó la vida. Después de haber conocido a la muerte y hacerse lo suficiente amigos como para que esta le concediese un tiempo para ganarse el cielo, Almond ha decidido darlo todo de sí mismo, y lo demostró en el mejor de los conciertos que he visto en mi vida. Su fantástica presencia y su divina e inigualable voz llenó el contenido del teatro, que se rindió a sus pies desde el momento de su aparición. Marc, acompañado de un pianista, ofreció un concierto muy similar al realizado hace ya más de diez años en la Sala Morocco de Madrid, no obstante en esta el artista no se sintió muy a gusto con su público, y ahora se encontró encantado con él. La mayoría de su repertorio fueron temas antiguos que predominaron durante la segunda mitad del concierto.
El semidiós hizo un repaso a la etapa de Marc And The Mambas y a su disco predilecto "Mother Fist", por lo que recuerdo, porque estaba tan emocionado, dejando fluir recuerdos en los que escuché por primera vez aquellas canciones, que no pude memorizar el repertorio de su actuación. Lo único que puedo decir es que la mayoría de ellas fueron temas antiguos cuya composición no superó en su mayoría el año 1987. También quedó marcado en mi memoria la definitiva y emblemática versión del clásico de Jacques Brel ‘If You Go Away’ que Marc presentó en "Untitled", allá por el año 1982, como Marc And The Mambas, y que no ha dejado de tocar desde entonces.
Tras una apoteósica despedida que hizo levantar a la totalidad de los asistentes de su asiento para rendir culto al mito, Baby Dee entró en acción. Ya antes había hecho su primera aparición durante aquella noche acompañando con su arpa uno de los temas de Almond. Sin embargo, ahora era el momento de que esta diva del transformismo lo diese todo de sí. El concierto resultó muy entretenido y curioso, sus letras eran irónicas y con un toque humorístico que hacen de Baby Dee alguien muy especial. El propio Tibet intervino aportando su voz en el tema contenido en el LP "Soft Black Stars" de Current 93, 'The Signs In The Stars', Baby Dee le acompañó con su arpa, dato curioso, puesto que esa canción siempre suele tocarse con piano. Baby Dee ha estado colaborando en los últimos trabajos de Tibet, así como en los conciertos que se han producido durante estos dos últimos años.
Sorprendía continuamente la gran calidad con la que Baby Dee tocaba el piano y el arpa, todo un dechado de maestría que dejó atónitos a los asistentes que continuaron viendo el espectáculo tras la actuación de Almond. Para finalizar, únicamente reseñar la nada despreciable actuación de Little Annie, que acompañada del pianista Paul Wallfisch se encargó de abrir el segundo día de conciertos de una forma muy elegante y personal.
Realmente, debo felicitar la gran labor de todos los que han hecho posible que estos eventos llegasen a buen puerto. Estos seis Caprichos de Apolo también eran mis caprichos. Muchos años he tenido que esperar para poder contemplar un espectáculo tan bien seleccionado, presentado y realizado. Un acontecimiento único que llenó mi corazón de la mejor de las formas posibles: con música original, realizada por grandes maestros del género. Una vez finalizados todos los conciertos vi a mi héroe, Steven Stapleton de Nurse With Wound, por última vez; estaba apoyado en la barra, tomando una copa de algo que contenía naranja, ¿O sería sólo naranja? No lo creo. Lo miré y me dije... ¡¿Qué demonios?! Fue entonces cuando me aproximé hacia él y me despedí, él, muy receptivo, me devolvió el saludo... y nos hicimos una foto.
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