Una de las bandas más celebradas de los últimos tiempos retoma su habitual mezcla de influencias en su nuevo disco, un éxito en todo el mundo y la vuelta a su sonido más complejo y elaborado tras el experimental 'Damnation'.
"Ghost Reveries" es un trabajo de Opeth editado en Roadrunner Records (Ref: RR 8123 1) en Octubre de 2005. Interpretado por Mikael Akerfeldt como vocalista y guitarrista & Peter Lindgren como guitarrista & Martin Lopez como batería & Martin Mendez como bajista & Per Wiberg como teclista desde Suecia y navega entre los estilos Doom metal & Death Metal y tiene una duración de 66,46 minutos. Enlaces Relacionados:Opeth & Roadrunner Records Valoración: 8.5 sobre 10
Ha pasado: Opeth ya han dado el salto al estrellato en la escena metálica. No tiene que ver con su fichaje por Roadrunner (de hecho la promoción, al menos en España, ha sido bastante más escasa que la que le hacían en Music For Nations, incluso en Candlelight años antes). Tampoco con que se hayan hecho más accesibles, a pesar de que la inclusión de Per Wiberg como miembro “a tiempo completo” y su brillante trabajo con los teclados en prácticamente todos los temas facilite un tanto la escucha al oyente menos acostumbrado a los géneros más extremos.
Simplemente Opeth, como Anathema o Katatonia, era uno de los secretos underground con todas las papeletas para llegar a un público mucho más amplio, y a ellos sí les ha tocado. ‘Ghost Reveries’ es ya el octavo trabajo en once años de los suecos, y como decía tampoco es que suponga ninguna variación especial en el sonido que ha venido desarrollándose desde ‘Orchid’: la mezcla de influencias death metal (no en vano Mikael Akerfeldt es una de las voces definitivas del estilo) con elementos progresivos, incluso psicodélicos a veces, sacados de la escena de los 70 en la que el líder y compositor es un verdadero erudito.
El equilibrio entre las dos tendencias ha ido desplazándose en los diferentes trabajos, más orientado al death metal en los tres primeros discos, más “progresivos” ‘Orchid’ y ‘Blackwater Park’, y por fin la separación de ambos en 2003 con el doble ‘Deliverance’- ‘Damnation’: el primero recogiendo todas las esencias metálicas y el segundo las más calmadas y experimentales. Para ‘Ghost Reveries’ la referencia podría ser ‘Orchid’ de nuevo, o quizá no...’Ghost Of Perdition’ o ‘Grand Conjuration’ recuperan el death metal de lo más agresivo, pero quizá ahora más personal que nunca en los riffs y armonias guitarreras, o la rápida ‘Reverie/Harlequin Forest’...rápida en partes, claro, porque sus once minutos dan también para momentos casi pop.
También hay temas más accesibles: el rockero ‘The Baying Of The Hounds’, ‘Beneath The Mire’, con el hammond de Wiberg y un tremendo trabajo de guitarras, las experimentales y suaves ‘Atonement’(la guitarra me recuerda muchísimo al último disco de The Cult) y ‘Hours Of Wealth’... variedad, como siempre, tanto en el disco en conjunto como dentro de cada tema. Y producción de lujo, también como siempre, enriquecida esta vez por la mayor presencia y protagonismo de los teclados.
Así que Opeth ya son grandes en casi toda Europa, pero no porque hayan cambiado: simplemente porque once años facturando obra maestra tras obra maestra tenían que tener su premio algún día, no?... que se lo digan a Anathema, a Katatonia, a... (como? ...qué quienes son esos?...). Posiblemente muchos de sus nuevos seguidores no se molestarán en escuchar ninguna de esas obras maestras anteriores, pero así es la vida.