Los húngaros The Moon and the Nightspirit nos ofrecen una nueva maravilla: “Mohalepte”, un disco con el que la banda nos demuestra hasta qué punto se puede perfeccionar un estilo propio.
Cierto es que su música puede ser encuadrada sin problema alguno dentro del neofolk puro y duro, sin embargo, las singulares texturas que conforma este grupo a base de violines incesantes que desarrollan notas de vistosa intensidad, convulsionan a la perfección sobre las paredes del silencio, creando unas atmósferas envidiables que siembran el campo de cultivo en donde germinarán deliciosos frutos en forma de composiciones.
El sonido de este combo destaca por ser limpio y estar bien pulido. Escuchar uno se sus discos es sumergirte en un universo de fantasía perfecta en donde el mal no cabe como concepto. Sus canciones son agitadas cuando deben serlo, pero por norma general el rasgo más característico de este dúo húngaro es su gusto por las melodías calmadas, en las que las guitarras acústicas y la esencia de la música tradicional de su país y la influencia celta se dan cita para crear magia con forma de notas de partitura.
“Mohalepte” está grabado y mezclado por los propios componentes, lo que aún le hace ser más digno de admiración. Sus ocho cortes, registrados durante finales del año pasado y principios de éste, no tienen desperdicio alguno. Destacaré como altamente recomendables el primero de ellos, ‘Öregerdo’, con el que perfilan el estilo que van a llevar el resto de las composiciones incluidas en “Mohalepte”. La voz de su vocalista Ágnes nos descubre una nueva perspectiva para el concepto de dulzura, sus cantos se adaptan a la perfección a las composiciones, fusionándose de forma magistral, creando un todo indisoluble que penetra indefectiblemente en el alma del oyente, cautivando su esencia. Otro tema que no debemos pasar por alto es ‘Zöldparázs’, en el que los violines vuelven una vez más a servir de guía a una composición cargada al mismo tiempo de sosiego e intensidad. En esta ocasión, las voces de Ágnes y Mihaly se intercalan en una eventual intermitencia lírica que aporta una interesantísima vistosidad al tema, ya que la rugosidad vocal de Mihaly contrasta ferozmente con la de Ágnes, generando un orden de estabilidad equipolente que me deja completamente fascinado.
Otro aspecto que me ha sorprendido en gran medida de este álbum es el hecho de que no hayan editado con el sello que les vio nacer, la casa portuguesa Equilibrium Music, ya que sus tres anteriores lanzamientos, comentados íntegramente en anteriores reseñas de Mentenebre, fueron editados en formatos de alto atractivo por este sello. Al parecer el dúo ha decidido cambiar de aires y autoeditarse este genial trabajo que hace absoluta justicia a sus predecesores.
Admiro sinceramente a las bandas que luchan por un ideal, que intentan incansablemente perfeccionar su esencia hasta el punto de hacer de lo utópico pura realidad. The Moon and the Nightspirit es más que un buen ejemplo de ello. |