Lo ha vuelto a hacer; el maestro español del thriller ha vuelto a dar en la diana con una novela que explora el campo de los asesinos psicópatas desde una perspectiva francamente original y sugestiva.
"El cebo" escrito por José Carlos Somoza en la editorial de Plaza & Janés (ISBN: 978-84-01-33766-6) con 496 páginas. Desde España y presentado en 2010 se encuadra en el género Thriller Enlaces Relacionados:El cebo & Plaza & Janés Valoración: 9.5 sobre 10
José Carlos Somoza parece empeñado en demostrar con sus novelas que las bellas artes tienen un poder realmente aterrador, que va mucho más allá del que la mayoría de los mortales podemos apreciar a simple vista. La pintura en “Clara y la penumbra”, la poesía en “La dama número trece”, la literatura ( la obra de H. P Lovecraft, concretamente ) en “La llave del abismo” y ahora el teatro ( el de William Shakespeare ) en “El cebo” pueden llegar a convertirse en armas de un poder avasallador y terrorífico, capaces de dirigir conciencias, manejar voluntades y acabar con vidas con la misma facilidad con la que el viento se lleva las promesas y los juramentos.
La historia tiene lugar en Madrid, en un tiempo que suponemos situado en el futuro. Diversos estudios psicológicos y psiquiátricos han descubierto que la mente de una persona puede ser controlada de forma absoluta si se es capaz de determinar cual es la filia, o el estímulo, adecuada para hacerlo. Dichos estudios determinan que esas filias, unas cincuenta, se hallan contenidas a lo largo de la extensa producción teatral de William Shakespeare y que se pueden controlar recitando textos o recreando situaciones de algunas de sus obras de teatro. Los diversos departamentos policiales del mundo se apresuran a crear unidades especiales de actores especialmente entrenados, denominados cebos, para detectar las filias que controlan a criminales y asesinos, reduciéndolos a un estado de total indefensión y deteniéndolos después.
Diana Blanco, el más brillante cebo al servicio de la policía española, planea abandonar su trabajo cuando recibe la noticia que su hermana pequeña, cebo como ella, ha sido reclutada para trabajar en la búsqueda de El Espectador, un peligroso psicópata que ha matado ya a veinte mujeres en Madrid y del que la policía apenas tiene pistas. Cuando su hermana desaparece, presuntamente raptada por El Espectador, Diana decide regresar a su trabajo e implicarse directamente en la búsqueda del asesino. Conseguirá atraparle pero descubrirá por un lado que él no ha sido el culpable ni de la desaparición de su hermana ni de la de otra compañera de trabajo, y por otro que el responsable es alguien que trabaja en su propio departamento.
La formación como psiquiatra de José Carlos Somoza se suele dejar notar en sus obras, pero nunca tanto como en “El cebo”, mezclándola con una de sus grandes pasiones, el teatro ( De hecho es autor de una pieza teatral, “Miguel Will”, centrada precisamente sobre la figura del dramaturgo inglés ). Es esa formación como psiquiatra y esa pasión por el teatro la que presta una aplastante verosimilitud a la original propuesta de esta novela, en la que una vez más ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Como es usual en las novelas de Somoza, los caracteres están sumamente bien perfilados y huyen del encasillamiento fácil en uno u otro bando; los “buenos” tienen numerosas aristas que evidencian su lado oscuro y los “malos” tienen una motivación para hacer lo que hacen, excepto quizá El Espectador, un psicópata de manual, cruel, frío y desapasionado.
En lo que ya es una marca de la casa, la acción transcurre con una perfecta dosificación y una agilidad extraordinaria, mostrándonos imágenes de una siniestra plasticidad, como ese maravilloso y aterrador final en el que se nos revela la verdadera identidad de la persona que ha raptado a la hermana de Diana, los sobrecogedores detalles de su minuciosa venganza y las tremendas motivaciones que han llevado a esa persona a elaborar dicha venganza. También es fascinante la situación en la que se ve atrapada Diana en la casa de El Espectador y como consigue dominarle y vencerle tras una brutal lucha de voluntades. Pero quizá lo más aterrador de todo ello sea la relación de Diana con el cómplice de El Espectador, alguien cuya identidad prefiero no desvelar pero que os aseguro quese trata dealguien especialmente perturbador.
Ágil, aterradora y de lectura increíblemente adictiva, la nueva novela de José Carlos Somoza está a la altura de sus mejores obras. Una vez que empecéis a leerla no podréis soltarla hasta que la acabéis; su original propuesta, dentro del trillado campo de las novelas de psychokillers, os atrapará sin remedio, impidiéndoos soltarla hasta el final y dejándoos una enorme mueca de asombro y de placer una vez que la hayais terminado.
La formación como psiquiatra de 