Segundo librito totalmente fabricado a mano e ilustrado por Lorin Morgan-Richards. Fantasías cotidianas e ingenioso sentido del humor.
"A boy born from mold" escrito por Lorin Morgan-Richards en la editorial de A Raven Above Press (ISBN: 978061559649) con 76 páginas. Desde Estados Unidos y presentado en Mayo de 2010 se encuadra en el género Fantasía Enlace Relacionado:Lorin Morgan-Richards Valoración: 8.5 sobre 10
De nuevo este literato, dibujante y músico ha confiado en Mentenebre para dar a conocer su segundo librito después de “Simon Snootle and other Small Stories”. Se trata de una edición limitada a 400 copias hechas a mano por el propio autor con cuero y papel libre de ácido. Una concienciación con el medio ambiente, sin duda.
El librito tiene un cuento principal 'Un niño nacido del moho' y que vive en la parte de abajo de una casa familiar. El contacto entre ambos mundos, superior e inferior es prácticamente nulo, tan solo la pequeña Edie Mae, quien, no se sabe muy bien como, atribuyó a nuestro personaje al que llamó “Ruina” pero que él finalmente cambió por “Runa”. Quizá sea este un guiño al misterioso lenguaje nórdico. No se hasta que punto esto es posible, pero Lorin tiene su propio grupo musical underground de estilo electrodark, quien sabe si comulgará también con las huestes de Odín. En cualquier caso se trata de un cuento alegórico con un sutil sentido del humor y nada pagano.
El resto son relatos muy cortitos con situaciones intrigantes como Lawrence que verá pasar los años con un coche aparcado en su paso de carruajes que nunca se moverá de allí o el joven vampiro Zoog cuya intolerancia a la sangre, le produce borracheras y gases en el estómago para disgusto de sus padres.
Como en su primer entrega, los personajes de Lorin son casi siempre infantiles o vinculados al mundo infantil. A todos les pasan cosas pequeñas y es ahí donde reside la clave: encontrar el genio en los detalles, no hace falta una gran epopeya para contar cuentos curiosos y simpáticos. De nuevo señalo que el lenguaje utilizado en el libro, al igual que en la primera entrega, resulta a veces complejo, por lo que hay que leer practicamente con el diccionario delante y perdiendo, en muchos casos, el doble sentido de muchas de las ironías del autor.
De nuevo el libro viene ilustrado con dibujitos a tinta con ese toque naif que es el paralelo de la narración literaria, otro lugar donde Lorin encuentra un espacio para dar rienda suelta a su creatividad. Además las ilustraciones nos ayudan a encontrar ese sentido que a veces se pierde en este inglés tan elaborado.
Desde aquí deseamos suerte a Lorin Morgan-Richards con esta publicación y que pronto podamos contar con una nueva entrega de sus libritos hechos a mano. Si tu inglés es fluido y te gustan las propuestas originales sin duda te recomiendo este excelente y especial trabajo.