El último disco de Jahrtal es pura poesía. No sólo porque esté inspirado en una de las obras de William Blake, además es admirable su increíble profundidad y la magia que logra desprender.
"William Blake" es un trabajo de Jahrtal editado en Ahnstern (Ref: Ahnstern 39) en 2009. Interpretado por Ewald Spiss como compositor y vocalista desde Austria y se centra en el estilo Neofolk y tiene una duración de 58 minutos. Enlaces Relacionados:Jahrtal & Ahnstern Valoración: 8.5 sobre 10
Corría el año 1789 cuando el poeta inglés William Blake escribió "Canción de inocencia", la primera entrega de los libros en los que Jahrtal se ha inspirado para realizar este disco. Cinco años más tarde el excéntrico poeta publicaría la segunda parte de "Canción de inocencia", toda una arenga encaminada a ensalzar las cualidades y el beneficio de la ensoñación y la fantasía frente a las fórmulas empíricas y la ciencia que aplica el razonamiento humano.
Blake creía en los sueños y en el más allá, en la brujería y en la esperanza. Su mundo era un lugar en el que todo era posible, su mente la llave maestra que abría toda cerradura que se interpusiese en su camino. Huir del materialismo y centrarte demasiado en tus ideas a veces puede resultar peligroso si de una forma u otra tu cuerpo está atado al mundo. O sino que se lo pregunten al propio Blake, que falleció sumido en la más profunda de las pobrezas. No obstante, su alma atesoró muchas más riquezas que la mayoría de la clase pudiente jamás pueda imaginar. Su corazón y su mente reinaban en un mundo en el que, por suerte para sus habitantes, la mano del materialista es cortada por delito.
Estos dos libros recogen un retazo de los increíbles sueños de Blake, y el tirolés Ewald Spiss, frontman de Jahrtal, lo sabe perfectamente. Es por ello que decidirá rendir homenaje con este bello disco. “William Blake” se manifiesta esta vez en forma de CD. Un disco compuesto por doce canciones que contienen diversos poemas traducidos al alemán pertenecientes a la obra literaria anteriormente citada.
“William Blake”, nos muestra dos caras. La primera es alegre y dulce, con un cierto aire bucólico que nos hace oler el polen que transportan las abejas por el aire, disfrutar de las infinitas pinceladas en verde que el bosque esconde, perdernos con sus secretos y soñar escuchando canciones de cuna que se deslizan ondeantes por encima del mundo.
Los cortes posicionados en el ecuador del disco van a presentar un toque más sombrío y trémulo que se contrapone abiertamente a la esencia de la primera parte. Esta continuación no desmerece en absoluto a su comienzo, ni mucho menos. De hecho, y en mi humilde opinión, resulta mucho más interesante encontrarte con un CD que muestra distintos enfoques que con un estudio íntegro y lineal sobre un tema concreto. En ellos, la melancolía y las lágrimas de néctar cristalino explotan sobre la tierra fértil; ésta succiona ansiosamente la pasión que desprende su esencia, paladeando por un momento el amargo sabor del deseo.
La verdad es que este segundo disco de Jahrtal no tiene desperdicio alguno. Lo que te vas a encontrar en el va a ser neofolk puro y duro. Sí, de ese que apasiona a algunos y hace dormir a otros; guitarras acústicas, instrumentos de viento, violines, acordeones y dulces voces alemanas. A mi, personalmente, me encanta. Es uno de esos álbumes con los que puedes relajarte y pensar que el mundo es un lugar bello en donde poder vivir; que en alguna parte de este planeta las cosas van bien, y si por algún casual no fuese así, podrían ir bien en algún momento.
Es un disco solemne y apasionado, grato, y muy suave al contacto con el oído. Un disco que se deja escuchar sin problemas y con el que vas a disfrutar de seguro.
De las diez canciones destacaría tres: ‘Das Hallende Grün’, que sabe a helado de chocolate; ‘Eingang’, la más oscura de todas las que se presentan; y ‘Das Schulkind’, que es más folky que el calcetín usado de un ranchero. Absolutamente fantástica. Su sonido me hace recordar vagamente el primer disco de la desaparecida Nico, “Chelsea Girl”, que sea dicho de paso me encanta igualmente; o también a Forseti.
Y es que si en este miserable y repugnante mundo repleto de odio, engaño y falsas sonrisas, no crees en la esperanza que encierran los sueños, no sé que demonios nos serviría de agarradero, si al fin y al cabo después llega la muerte y se lo lleva todo.
Estos dos libros recogen un retazo de los increíbles sueños de 