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 Aproximación a uno de los personajes clave de la fotografía actual

Joel Peter Witkin - "Acerca de la vida y la muerte"

 
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Página
1/5
Publicado
2006-12-30
 
Repaso biográfico y estilístico de este fotógrafo que trabaja con cadáveres, además de un análisis pormenorizado de cuatro de sus obras clave dentro de su trayectoria.
 

Nació en Brooklyn el 13 de septiembre de 1939. Su padre, judío de origen ruso, y su madre, ítaloamericana, le educan en una atmósfera netamente católica, aspecto que explica las pulsiones profundamente místicas de la obra de Witkin. Hasta 1967 trabajó como técnico ayudante de otros fotógrafos y cumplió el servicio militar como fotógrafo del ejército estadounidense, después trabajará como fotógrafo independiente mientras asiste a cursos sobre escultura en la Cooper Union of School of Fine Arts. Será en esta institución donde consiga graduarse en Bellas Artes en el año 1974. También recibe una beca para cursar estudios de poesía en Columbia. Y en 1976 realiza su postgrado en la Universidad de Nuevo México y escribe su tesis “Rebelión en contra de lo Místico”. En esta época viaja a la India y trabaja en una leprosería. En 1986 obtiene otro Master en Nuevo México, está vez en Bellas Artes.

Sus primeras fotografías de monstruos y de un hermafrodita las hizo a los 16 años para su hermano gemelo Jerome, pintor con el que alguna vez ha expuesto sus obras conjuntamente. Se casó en 1978 y tiene un hijo. Actualmente reside en Alburquerque, donde trabaja junto a su mujer. Realiza exposiciones en solitario desde el año 1969. En los 80 sus fotos causaron un gran revuelo. Hoy por hoy, Witkin ha logrado establecerse en el mundo del arte reconocido. Actualmente sigue trabajando en su obra fotográfica difundiéndola a través de sus libros y exposiciones.

Witkin enraíza con el discurso que se produjo en los setenta, es heredero de la mirada hacia el sexo y la muerte de la Shockerphotography. En su obra hay referencias a un material visual que aparece en el cine y en la televisión. En el mundo del cine también se realizan documentales en depósitos de cadáveres donde se muestra a los forenses trabajando. Jerome Liebling en los setenta se dedica a fotografiar cuerpos muertos en el depósito de cadáveres de Nueva York, escoge cuerpos que no son reclamados y que llevan días en descomposición, cuerpos embalsamados y utilizados para estudios anatómicos, Liebling muestra cuerpos horrorosos (ni siquiera son cuerpos de jóvenes), y los fotografía de una manera muy directa.

El arte de Witkin en una primera impresión podríamos decir que es epatante. Los temas que toca son siempre tabúes de nuestra sociedad -seres deformes, perversiones sexuales, cadáveres, etc.- y su mirada no nos resulta indiferente. Pero más allá de una primera impresión hay que observar la destreza de Witkin para redimir lo fantasmagórico y transformarlo en sublime. Witkin es un profundo creyente y a través de sus fotografías se redime: “yo me transformo en un sacerdote estético, ocupado en estampar la más sagrada rúbrica de mi vocación, una forma de transubstanciación en la que se convierte materia en espíritu” .

Witkin tiene mucho en común con la corriente pictorialista de mediados del XIX. Realiza dibujos preparatorios de sus obras, y pretende hacer una composición pictórica sin dejar nada al azar. Para Antonio Saura, Witkin busca “fabricar artificiosamente el momento sublime como fruto de una operación intelectual” , con lo cual está también identificando el trabajo que realizaban los pintores Románticos del XIX. Pero Witkin, al contrario de los Románticos, busca lo sublime a través de lo morboso, de lo sexual y de lo blasfemo, extrayendo su belleza más allá de las convenciones o de lo políticamente correcto.

Trabaja con muchos negativos y los retoca: hace raspaduras o presiones en diversas partes del negativo creando un aspecto de deterioro o de envejecimiento de la imagen final. Sus imágenes casi siempre son en blanco y negro, en ocasiones emplea el virado a sepia o a azul. Cuando realiza collages emplea otros pigmentos y materiales con los que experimentar, y nunca utiliza el ordenador. El trabajo se realiza siempre en estudio, nunca en el exterior, y siempre con iluminación artificial.

Para sus composiciones elige modelos de muy diverso rango. Cuando utiliza modelos femeninos nunca busca la idealización de su belleza sino más bien la morbidez, los cuerpos obesos, degradados o dotados de falo. Aquí entra en juego el hermafrodita, que es también un tema recurrente en sus obras. El hombre en la fotografía de Witkin sin embargo es tratado como una mujer bella, como una Venus. Otros modelos de gran relevancia son los monstruos, personajes deformes o con miembros amputados, forman parte importante de su iconografía. También los cadáveres humanos y de animales forman parte de su repertorio, o bien como tema central, caso de “El beso”, o bien como accesorios dentro de la obra. Utiliza también muchos elementos fetichistas, sobre todo las máscaras, además de todo un repertorio de juguetes sexuales. La temática en Witkin es muy diversa.

Haciendo un breve repaso de su obra nos encontramos con fotografías de índole religiosa, como “El Crucifijo”, que es para Witkin su obra clave, o mitológica, como “Leda”. También realiza recreaciones de obras de arte pictóricas como “Las Meninas” de Velázquez, “Manuel Osorio” de Goya, “Estudio del pintor” de Courbet o “Dioses de la Tierra y el Cielo” que es una paráfrasis del “Nacimiento de Venus” de Botticelli.

Lo monstruoso también es un tema recurrente en Witkin, lo podemos apreciar en “Mujer en una mesa”, “Retrato de una enana” o “Hombre sin piernas”. Por último, otro de los temas arquetípicos de Witkin que es la depravación sexual, como “Fetichista”, “Arm Fuck” o “Eunuco”.




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