Los alemanes dieron un concierto de rock gótico con mayúsculas. Rock gótico sin ambigüedades ni medias tintas. Rock gótico sobrio y elegante. Justo lo que hace falta.
Cuando oí por primera vez a Pink Turns Blue me pareció un grupo tremendo. Un grupo que ejecutaba un rock gótico muy serio y muy elegante. Y como estandartes de esa elegancia, la noche del concierto se dieron tres muestras fundamentales. Al principio con ‘Your Master Is Calling’, en el medio con ‘Last Day On Earth’ y al final con ‘If Two Worlds Kiss’.
La sala elegida para el evento fue la sala Live!, más pequeña que otras salas, cada vez menos, del centro de la capital, pero de sobradas dimensiones para la poca gente que allí nos dimos cita. Un grupo de unas 200 personas que iban a asistir a un concierto de rock gótico. Rock gótico con mayúsculas. Rock gótico sin aditivos ni apellidos. En una época en la que cada grupo se define mediante la mezcla de distintos géneros, da gusto poder decir que vas a un concierto de rock gótico sin más. Y además de un rock gótico de lo más refinado que se puede oír. Y es que la banda de Mick Jogwer rebosa elegancia por los cuatro costados.
Los teloneros elegidos para la ocasión fueron los madrileños Debod (en Barcelona habían sido Padre Isla) que hacían un synthpop que creo no encajaba para nada con el estilo que el grupo principal tenía.
La esperada salida de Pink Turns Blue empezó con el grandísimo tema que da comienzo a su álbum “Re-Union”: ‘Your Master Is Calling’. Si antes hablaba de elegancia es por temas como éste. Un tema tranquilo y sencillo, una sucesión de notas melódicas de regusto gótico total. Quéplacer poder escuchar un tema como ese en directo. El comienzo no podía ser mejor, con esa línea de bajo dominando toda la canción y la gran voz de Mick Jogwer para meternos en el concierto desde el principio.
Las siguientes fueron ‘I Coldly Stare Out’ en la misma línea del primero, ‘Walk Away’ y la sublime ‘Last Day On Earth’, en la que otra vez se llegaba a la perfección del gothic rock.
A partir de aquí, las canciones tranquilas dejaron paso a temas más movidos, con ‘Walking On Both Sides’, ‘True Love’ y ‘Missing You’ (oyendo este último no pude evitar acordarme de Justin Sullivan y New Model Army).
El ecuador del concierto lo marcó ‘Can’t Be Love’, tema que abre el último disco de la banda y que define muy bien el estilo del grupo. ‘Ghosts’, ‘Michelle’, ‘Good Times’ y la cañera ‘Break It’ cerraban un concierto que había sido muy corto (poco más de una hora) pero de gran calidad.
Afortunadamente aún salieron dos veces: la primera para interpretar ‘After All’, y la segunda para terminar tal y como habían comenzado, con un tema sobrio de rock gótico suave y desesperado: ‘If Two Worlds Kiss’.
Era el tema idóneo para finalizar un concierto que aunque corto, dejó muy buen sabor de boca a todos los presentes. En esta época de fusiones y mezclas imposibles de géneros, más grupos como Pink Turns Bluees lo que hace falta.