Si eres un lector de Mentenebre al que de vez en cuando te gusta indagar la buena música de la escena independiente verás que la propuesta que nos hizo en su inauguración el Ola Festival es exquisita.
El pasado 15 de agosto se inauguraba por todo lo alto una de las nuevas citas de los festivales veraniegos españoles, el Ola Festival, con un cartel selectísimo para lo ecléctico que acostumbran a ser este tipo de eventos. Tuvo lugar en la Playa de Guardias Viejas de El Ejido (Almería). Divididas en tres escenarios se ofrecieron veintiuna actuaciones, de las cuales sólo daré cuenta de las que presencié antes de sufrir el inevitable empacho musical que te producen este tipo de eventos.
A primera hora les tocaba abrir el espectáculo a los grupos de menor renombre y a los que, curioso, me acerqué a apreciar sus estilos. Primero, Lek Mun, barceloneses, muy poperos pero con la inclusión de violonchelo en su formación lo que les daba un componente de notoria elegancia a sus temas. En otro escenario y superpuestos tocaron Islands, que curiosamente también añadían cuerdas a su instrumentación, en este caso se trataba de dos violines, que alternaban con el acordeón, el teclados de juguete y un piano, acompañando a la formación clásica rock. Dos buenos ejemplos de cómo la música actual recurre a los instrumentos clásicos para darle color a su sonido. Ya sabéis que yo soy un amante de la veta neoclásica aunque en los dos ejemplos citados no puede hablarse en absoluto de neoclasicismo ya que las cuerdas empleadas son elementos subsidiarios y su uso por parte de estas formaciones yo lo calificaría casi de exótico. Como ambos conciertos eran a primera hora apenas pudieron contar con un puñado de asistentes.
Llegó en seguida el turno para una de las bandas consagradas que participaban en el festival, Saint Etienne, que no son particularmente santo de mi devoción, pero que no hay que negar que con su larga trayectoria, desde los primeros noventa, han sabido hacerse un nombre en ámbito del pop internacional. Correctos con su actuación, hicieron las delicias de un público ya un poco más numeroso. Yo ya me estaba relamiendo pues en seguida iba a empezar el vendaval… todo sincronizado en distintos escenarios (hago aquí hincapié en la tremenda precisión en las horas de comienzo y final de los conciertos que habla muy bien de la organización), Goldfrapp, Björk y Massive Attack actuaban seguidos sin dar un minuto de tregua entre actuación y actuación. Así que me dejé llevar por la turbulencia y que la música me transportara…
Los primeros, mis adorados Goldfrapp. Es verdad que desde aquel "Felt Mountain" nada había vuelto a ser igual con sus dos discotequeros elepés intermedios, pero es verdad que el "Seventh Tree", ese viraje hacia el psychic folk que tanto se está poniendo de moda, me ha hecho recuperar la fe en ellos. Y todo pintaba a que el concierto iba a tirar por esos derroteros: una especie de tótem coronado por astas de ciervo con cintas de colores alrededor que se asemejaban a algún tipo de ritual pagano, música folk de aperitivo con una sorpresa, el tema 'The Wicker Man', (el original de la banda sonora, no la versión de Rose McDowall), así que yo estaba totalmente emocionado. Y mi emoción culminó cuando aparecieron en escenario, toda la banda vestida con camisolas anchas de colores claros a excepción de Alison con otra camisola pero con tiritas de colores… Estos no eran los Goldfrapp de los álbumes anteriores, algo les había pasado. Y la primera nos la dieron en la frente con el tema más increíble de toda su producción: 'Utopia', que a mi personalmente me erizó el vello y me subió al séptimo cielo. Para mi desgracia este sería el único tema que interpretaran del "Felt Mountain" en todo el concierto. Luego vino el desarrollo del "Seventh Tree" alrededor del cual viró la mayor parte del concierto con temas como 'A&E', 'Caravan Girl', 'Monster Love', 'Happiness' o la lisérgica 'Little Bird' cuya factura me recuerda a la etapa más ácida de los Beatles. Como no, hubo un repaso a sus hits discotequeros, primero el 'Oh la la' del "Supernature" y para el final de la actuación 'Train' y 'Strict Machine' del "Black Cherry".