El terror europeo sigue ganando peso específico y prueba de ello son Eden Lake y sobre todo, Martyrs y Déjame Entrar, las claras vencedoras de la Muestra. Si no llega a ser por Watchmen, EEUU habría sufrido un escandaloso KO técnico.
Titulo: Selección de los mejores cortometrajes de género vistos en la XIX Semana de Terror de Donosti.
La lista completa de los cortos proyectados fue la siguiente:
Rojo Red | 2008 | Colombia | 13 min. | Juan M. Betancourt
Avalado por los premios a mejor corto en los Festivales de Cine Fantasporto y de Cartagena, Rojo Red se presentaba como el primero de los elegidos para inaugurar la sesión vespertina del viernes. Además supuso el trabajo con el que el joven director Juan Manuel Betancourt se graduó en la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Colombia.
Con esas premisas, quizás cabía esperar bastante más de la historia de Federico Guillermo, un niño de 7 años, que tropieza por la calle en un hueco del pavimento que resulta estar hecho de hilo. Al coger una hebra y tirar de ella se da cuenta que puede modificar la estructura de los objetos que lo rodean, bien sean postes, cables, edificios e incluso personas.
Es cierto que se aprecia un extraordinario cuidado visual y utiliza diversidad de efectos y técnicas, pero eso no debería justificar la manifiesta flojera en el guión.
Advantage | 2007 | Australia | 11 min. | Sean Byrne
Con una puesta en escena al más puro estilo cinematográfico, interesantes encuadres y curiosos movimientos de cámara, Advantage parecía que iba a ser el corto que todos esperábamos.
Una joven pareja, dejándose llevar por los efectos de alcohol y juerga nocturna, deciden terminar su particular fiesta en una solitaria pista de tenis aparentemente desierta. Al amparo de la oscuridad y sin vistas de presencia cercana, el ambiente comienza a caldearse. El calentón durará hasta que las luces se enciendan de repente y comprueben que el acceso de entrada ha sido bloqueado con una cadena.
Poco se puede añadir a lo que he dicho, porque si es verdad que está muy bien rodado, consiguiendo además un clímax formidable con la atronadora música en los momentos más oportunos, todo queda empañado en otro guión poco, pero que muy poco elaborado.
Cotton Candy | 2008 | España | 11 min. | Aritz Moreno
Puedo resultar un poco monótono, pero por tercera vez, el guión empañaba otro corto de impecable factura. Y eso que esta vez se inspiraba en el cuento de Julio Cortázar "No se culpe a nadie" lo que a priori lo hacía más interesante.
Por curiosidad decidí leer el cuento que como tal, se hace francamente divertido a pesar de la angustiosa historia que relata, pero en seguida comprendí que tratar de adaptarlo a la pantalla, era una tarea casi imposible.
Un hombre se está arreglando para acudir a su cita y tras echar un vistazo por la ventana y comprobar que los primeros fríos han hecho acto de presencia, decide que es el momento ideal para ataviarse con un pulóver. Una tarea en apariencia tan sencilla y repetida se convertirá para el protagonista en la más horrible de las torturas y deberá hacer auténticos esfuerzos por sobrevivir.
Eel Girl | 2008 | Nueva Zelanda | 5 min. | Paul Campion
Eel Girl resulta simpático, quizás porque con los 5 minutos que dura, sobra para que el director transmita su mensaje y por la forma sincera y directa con que se ha realizado, inspirado en la canción "Celine" del grupo inglés Sancho.
En un compartimento de seguridad de una base militar, un par de científicos vigilan a una especie de mujer anguila a la que tienen retenida. Las cosas se complican cuando uno de ellos es reclamado en otra sala y la criatura, con claras reminiscencias a las sirenas Homéricas, comienza a hacer alarde de su potencial seductor para poner en aprietos al incauto héroe solitario.
Paul Campion, especialista de maquillaje en la trilogía de "El Señor De Los Anillos" da en el clavo con este corto, cargado de sensualidad y extraordinariamente ambientado, trayéndonos a la cabeza oscuros pasajes del maestro Lovecraft.
I Love Sarah Jane | 2008 | Australia | 14 min. | Spencer Susser
Spencer Susser plantea un mundo apocalíptico en el que caos y muerte se han adueñado de las calles y donde la ley del más fuerte está a la orden del día. Un lugar en el que Jimbo, un chico de 13 años, se enamorará de su vecina Sarah Jane, más preocupada en el zombi de su padre retenido en el jardín que en las reveladoras miradas que el chaval le dedica.
Extraordinario trabajo de este director australiano que encandila desde el principio. Buena parte de su efectividad radica en las creíbles interpretaciones del grupo de jóvenes protagonistas pero no hay que quitarle en absoluto mérito a Spencer que consigue recrear a la perfección un ambiente hostil y sorprender con un final agridulce.
Cuando se tiene algo que contar y además se hace bien, el corto tiene la duración justa para enganchar al público sin hacerlo caer en el aburrimiento.
Next Floor | 2008 | Canadá | 11 min. | Denis Villeneuve
No vendría muy a cuento enumerar la interminable lista de premios que ha ido cosechando haya por donde ha sido proyectado pero sí que al menos debería servir para hacernos a la idea de que no nos encontramos ante un corto convencional.
Y desde luego, Next Floor puede ser de todo menos convencional. La calculada ambigüedad que encierra se convierte en su principal virtud obligando al espectador a hacerse no pocas preguntas.
¿Quiénes son esos tipos de aspecto andrajoso sentados en torno a una gigantesca mesa? ¿Dónde se encuentran exactamente? ¿Por qué van vestidos de época? ¿Por qué comen de forma compulsiva en una especie de competición voraz?...
Y muchas otras que con seguridad le traerán sin cuidado a Denis Villeneuve, más centrado en mimar técnicamente, de forma sobresaliente dicho sea de paso, su trabajo que en responderlas. No es un corto de terror, pero da miedo. No es comedia, pero da risa. No es gore, pero da asco. No es genial, pero da el pego.
Spider | 2007 | Australia | 10 min. | Nash Edgerton
Si algo ha sacado en claro Nash Edgerton en su larga trayectoria como actor, productor, guionista, montador, especialista y ahora director, es que como bien decía su madre: "todo son juegos hasta que alguien pierde un ojo".
No recordaba ningún caso en el que una frase de estas características se hubiera convertido en la excusa perfecta para desarrollar una historia pero a grandes trazos eso es exactamente lo que sucede con Spider.
Una joven pareja que acaba de tener una discusión circula en su coche. Una parada en la gasolinera con visita al baño de la chica, le vendrá de perlas a él para comprar unas rosas que distribuye por asiento y guantera con la intención de normalizar la situación. Y no tarda en hacer efecto hasta que entra en juego la araña de goma que también había comprado y ocultado estratégicamente.
10 minutos dan más que de sobra para desencadenar toda una serie de lamentables acontecimientos que dejan claro que las madres tienen más razón que un santo, aunque el citado en cuestión sea San Gria. Muy bien rodado, con unas creíbles interpretaciones e interesante puesta en escena. Divertido y aterrador a partes iguales.
Tras las variadas sensaciones que nos había dejado la sesión de cortos, Eden Lake supuso un soplo de aire fresco para todos aquellos que, de nuevo, abarrotábamos la sala destinada a la Muestra de los cines Palafox.
Es justo decir que las expectativas eran grandes porque a pesar de suponer el primer trabajo para James Watkins como director, hace ya tiempo que se encuentra colaborando con Jon Harris como asistente de dirección en la inminente segunda entrega de "The Descent" (2005) la mejor película de terror de aquel año para muchos de los amantes del género.
No en vano, Eden Lake y The Descent, tienen no pocas similitudes siendo ambas además de producciones inglesas, una especie de survival horror films, donde sus protagonistas habrán de luchar desesperadamente para salvar el pellejo.
Pero mucho cuidado, quedarse simplemente con la idea de dos cintas con demasiadas coincidencias sería un craso error porque Watkins va un poquito más lejos al envolver su historia con un halo de crítica social feroz. Un tema tan de moda como el sistema educativo puede convertirse en algo terrorífico de verdad si no es aplicado del modo adecuado sobre una juventud cada vez más embrutecida y deseosa de violencia gratuita.
Y gratuitos son desde luego todos los acontecimientos que envuelven a Steve (Michael Fassbender) y Jenny (Kelly Reilly) en lo que debería haber sido un fantástico fin de semana en un idílico paraje natural junto al lago que da título a la película. Idilio truncado desde el momento en que aparecen en escena una banda de quinceañeros con porte chulesca y desafiante. La pareja no puede ni imaginarse que plantarles cara va a suponer su ruina, al despertar de forma accidental los más salvajes instintos del líder del grupo, Brett (Jack O'Connell) y obligando a convertirse en siniestros complices al resto de compañeros de correrías.
La película cobra un ritmo endiablado viéndose irremadiablemente arrastrada por un torbellino de macabras circunstancias que por su gravedad, no pueden ni deben dejar testigo alguno. Y es entonces cuando la violencia salpica a todos los personajes, olvidémonos pues de caras angelicales y compasiones de última hora, cada uno desempeña su papel en este juego que poco importa ya quien ha empezado.
Desde hace muchos minutos tenemos la certeza de que la sangre llegará al rio, o mejor dicho, al lago. Pero por fortuna, el director no convierte Eden Lake en la típica cinta con hecho dramático que impulsa al protagonista a vengarse cruelmente de aquellos que lo han perpetrado. Eso ya está muy visto y además dejaría cierto tufo a producción americana. No nos olvidemos que James Watkins comienza su película exponiendo el grave problema que atraviesa la educación de los hijos hoy en día. Ahora, para saber de qué lado se decanta, no queda otra que tener un breve encuentro con los padres de Brett.
Es algo habitual desde hace ya varias ediciones de la Muestra que una película llegue precedida de una gran polémica. Para acrecentar dicha polémica, nada más efectivo que unos cartelillos en los que se avisa de la crudeza de las imágenes que estamos a punto de visionar y en los que se aconseja amablemente abstenerse a aquellas personas fáciles de impresionar o con problemas de corazón.
La controvertida película de este año se hacía llamar Martyrs y hay que reconocer que a pesar de haber perdido la cuenta desde hace tiempo de todas las cintas de terror que nos hemos tragado, de no dejarnos impresionar fácilmente ni padecer del corazón, esta es una de las llamadas a quedarse grabada a fuego en algún punto de nuestras cabezas.
Martyrs resulta sorprendente por varios motivos, pero sobre todo porque en las dos partes en las que claramente esta divida, es completamente creíble y efectiva. No seré yo quien acreciente el debate sobre si su éxito radica en una sobredosis de violencia gratuita porque dudo mucho que un trabajo sustentado en retorcidos fotogramas sencillamente pueda funcionar. Parece bastante más lógico pensar que si cumple su cometido es porque en realidad se cuenta algo interesante o al menos, se hace de un modo que le llegue al espectador.
La primera parte que coincide aproximadamente con la mitad del metraje, es una película de terror en toda regla. Lucie (Mylène Jampanoï) desaparecida desde hace casi un año, consigue escapar de un matadero abandonado donde la habían tenido retenida y sometida a todo tipo de vejaciones. 15 años más tarde, cree reconocer en una foto de un periódico local el rostro de sus verdugos a los que decide hacer una visita para ajustar cuentas. Lucie está convencida que llevando a cabo su plan, conseguirá de una vez por todas hacer frente a sus particulares fantasmas, esos que la llevan persiguiendo desde su cautiverio y que a más de uno quitarán el sueño.
El nexo de unión entre las dos partes, es Anna (Morjana Alaoui) la única amiga que Lucie ha tenido desde su escabroso suceso y a la que conoce en un centro médico estatal en el que ambas se hallaban internadas. La amistad se ha ido haciendo más fuerte con el tiempo de modo que cuando esta le llama solicitando ayuda no duda en correr a prestársela.
Cerrada la primera parte con Lucie como protagonista, comienza la segunda con el relevo de Anna y con un giro de guión tan bestial que hace dudar si nos hemos perdido algo por el camino. El terror da la bienvenida a un drama hiperrealista que no tiene intención de darle un minuto de respiro al espectador. Es más, el espectador está obligado a seguir viendo y sufriendo, pues las escenas son en efecto, crueles de lo más, si quiere llegar a entender algo.
De forma consciente o no, Pascal Laugier se sitúa con Martyrs a la altura de cintas como "Alta Tensión" (2003) o "A L'Intérieur" (2007). Todas ellas se podrían englobar en lo que se han apresurado en bautizar como Ola Francesa Extrema, sustentando buena parte de su éxito en las extraordinarias interpretaciones de las protagonistas, pues siempre son féminas. Y aunque pueda parecer lo contrario, nada tiene que ver con sagas como la de Hostel o Saw, en las que la violencia es bastante más gratuita y no precisaban de reflexión de ningún tipo por parte del espectador para su total comprensión.
Hasta aquí puedo leer, pero esta vez sí, Martyrs cumplió con las expectativas y difícilmente dejó a nadie indiferente, hubo quien salió de la sala antes de acabar y arrancó no pocos aplausos entre los que aguantamos hasta el final.
Título: Chugyeogja (The Chaser)
Año: 2008
País: Corea Del Sur
Género: Drama, Thriller
Director: Hong-Jin Na
Intérpretes: Yun-Seok Kim, Jung-Woo Ha, Yeong-Hie Seo, In-Gi Jung,...
Película coreana sobre un tema que parece encantar a los paisanos, la venganza y la expiación. Pasó por el Festival de Sitges con mucha expectación y grandes halagos y no en vano se ha llevado el premio Orient Express Casa Asia a la Mejor Película.
Nos cuenta la historia de un ex policía reconvertido a proxeneta que cree que le roban las chicas, de modo que siguiendo la pista de la última desaparecida topa con una aterradora realidad, la del asesino en serie.
El director, del que ya teníamos noticias en España por haber sido el responsable de la inquietante "Dos Hermanas" (2003) en una línea de terror que poco tiene que ver con esta cinta, decide dar el salto a un tipo de cine policial, político y social donde el bien y el mal son relativos, sabedor de la buena respuesta del público coreano, donde ha recibido una excelente acogida, situándose entre las más taquilleras.
Pese a las explicaciones de Na Hong-Jin sobre su profunda reflexión acerca del asesinato y sus paseos por callejones detrás de jóvenes solitarias (a las que pide perdón si asustó) explorando ese concepto de "matar no tiene nada de especial, cualquiera puede ser un asesino así", la película aporta poco o nada nuevo en ese sentido. A fin de cuentas, no deja de ser un thriller más, con su asesino en serie como tantas y tantas historias similares provenientes en la mayoría de los casos de Estados Unidos, solo que en esta ocasión es, llamémosle así, a la coreana.
Suponemos que la exploración psicológica sobre bien y mal relativos que buscaba el responsable del film, hace alusión a cosas como la deleznable profesión del protagonista, que a pesar de todo, no le impide convertirse en cierto modo en el héroe de la historia. Aunque resulte difícil hablar de ganadores, porque ninguno de los personajes libres de culpa, consigue salir indemne.
Quizás el punto que marca una mayor diferencia respecto a productos similares, sea que nos presenta la sociedad y la corrupción policial de ese entorno con honestidad y sin ostentación y así, aunque los diálogos, situaciones e incluso ciertas decisiones puedan llegar a resultarnos hasta extrañas como consecuencia del status legal en este país, no hacen la película menos creíble, lo que de alguna manera habla muy a favor de la dirección y labores interpretativas de los actores.
En cuanto a la opinión del respetable, hubo como siempre comentarios para todos los gustos y mientras los más avispados buscaban similitudes con "Memories Of Murder" (2003) de Joon-Ho Bong, otro sector la tachaba de cruda, extrema y de una tensión insoportable y por supuesto no podían faltar aquellos que la consideraron como un producto aburrido y soporífero.
Título: The Cottage
Año: 2008
País: Reino Unido
Género: Comedia, Terror
Director: Paul Andrew Williams
Intérpretes: Andy Serkis, Reece Shearsmith, Steven O'Donnell, Jennifer Ellison,...
Nos encontramos ante el que posiblemente se pueda considerar momento más divertido de la Muestra. Y si en pasadas ediciones pudimos disfrutar de "Hatchet" (2006) ahora le tocaba el turno a "The Cottage", ambas bastante parecidas además estructuralmente.
Unos secuestradores torpes, una secuestrada insoportable, unos chinos vengadores y como colofón final, granjero enmascarado, endémico y psicópata. ¿Se le pueden pedir más cosas a 92 minutos...?
Esta cinta británica nos cuenta la historia de los hermanos David y Peter, intrepetados por Reece Shearsmith (famoso por la serie inglesa de culto "The League Of Gentlemen") y Andy Serkis (de sobra recordado por su interpretación de Gollum en la saga "El Señor De Los Anillos") que dejan a un lado sus diferencias personales y sus peleas por la herencia de mama, para secuestrar a Tracey (interpretada por la famosa presentadora de TV en UK Jennifer Ellison) hija además del jefe mafioso de David.
La primera parte de la película (la mejor), muestra la relación entre hermanos, la puesta en práctica del estrafalario plan, y una serie de situaciones con la secuestrada cuyos diálogos no tienen precio. Pero hacia la mitad de la cinta Tracey se fuga, viéndose obligados a perseguirla junto a su hermanastro Andrew, recién incorporado a escena e interpretado por Steven O’Donnell.
Desde ese momento, la película da un giro radical y así cuando sus pasos les llevan hacia las tierras de un granjero maníaco, se convierte en una especie de "Mantanza De Texas" (1974) pero conservando siempre ese tono de comedia.
Me gustaría destacar la importancia de la banda sonora, añadiendo varias piezas de música clásica que enfatizan todavía más los muchos momentos delirantes y que quitan voluntariamente hierro a las situaciones más gores.
Los papeles de los actores se sustentan más y de una forma totalmente consciente, en poses teatrales que en interpretaciones meramente cinematográficas, dejando claro que todos ellos se han curtido y mucho, a la sombra de la farándula. Resulta además difícil decantarse por un Davidracional y cerebral o por un Peterhipocondríaco y pusilánime, dominado por su mujer.
El director, Paul Andrew Williams, obtuvo muy buenas críticas con su anterior thriller dramático "London To Brighton" (2006), pero en esta ocasión la prensa británica especializada ha sido despiadada y parece ser que no ha sabido captar la idea de una cinta pensada como simple producto para pasar el rato, sencillo, con altas dosis de humor patrio y adornado con una halo de terror. Va a ser verdad al final aquello del menosprecio general que existe en el Reino Unido hacia el cine de género. Menos mal que algún elegido puede ir escapando de esas malas influencias aunque tenga que ser 28 días después.
Si bien no pasará a la historia, resulta divertidísima en sus dos mitades y recomiendo encarecidamente al espectador que le de una merecida oportunidad y le reto a que busque ese cameo de Doug Bradley, el célebre Pinhead de "Hellraiser" (1987) entre los siniestros lugareños del pueblo.
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