Todo lo que siempre quisimos saber de esta joya quintaesencial del cine presentado de la forma más amena, que transpira erudición accesible y pasión por la película. La auténtica Biblia de Blade de Runner.
"Cómo se hizo Blade Runner: Futuro en Negro" escrito por Paul M. Sammon en la editorial de Alberto Santos Editor (ISBN: 9788495070326) con 380 páginas. Desde Estados Unidos y presentado en 2005 se encuadra en el género Ciencia Ficcion Enlaces Relacionados:Alberto Santos Editor & Editorial original Harper Prism Valoración: 9.5 sobre 10
Entre parpadeos, un iris azul refleja llamaradas de inmensas torres petrolíferas bajo un cielo oscuro. Patrulleras de la policia surcan cielos encapotados sin asomo alguno de luz natural, en la que la titilante iluminación de rascacielos infinitos y luces de aproximación suplen el papel de un astro rey destronado por las densas nubes de hidrocarburos. En una pantalla gigante vemos una geisha de un anuncio televisivo, el sonido agradable y pausado de su japonés reverbera, interrumpido por el zumbar de los motores de un vehículo, que, pese a la evidencia futurista (vuela) tiene el mismo aspecto destartalado que las patrulleras de cualquier serie televisiva de policías de los años 80. Promesas de una mejor vida en las colonias, lluvia continua y densa, neón, mucho neón y un crisol de caras, etnias, vestuarios y modas que invaden las calles sucias, vivas y caóticas, en las que entre un parpadeo y el siguiente podemos viajar de un bazar turco a un garito elitista de aspecto decadentemente europeo. Con el toque de élite decadente que sólo la vieja Europa proporciona. Un Harrison Ford derrotado y exhausto observa a su presa, un Prometeo caduco, abrazar con mimo una paloma, bajo una cortina de lluvia, hablar de mundos lejanos, maravillas cósmicas que se perderán "como lágrimas en la lluvia", y morir. Imágenes imborrables y perennes de la historia del cine.
Como toda obra maestra se puede hablar de ella tanto desde un plano estrictamente cinematográfico o tratar de diseccionar con pulso de neurocirujano los engranajes que movieron una pieza tan compleja y multifacetada. Y esto último es lo que nos ocupa, ya que el libro de Paul M. Sammon nos va mostrando, capa por capa, todo lo que subyace a la película. Desde su momento embrionario con el sucesivo desarrollo y posterior descarte de guiones, pasando por el rodaje y sus incidencias y anécdotas, los actores, banda sonora, efectos especiales, todo los aspectos del universo "Blade Runner" están recogidos aquí. En un capítulo inicial se nos presenta la vida dramática y espídica de Philip K. Dick que, sin llegar a biografía, nos informa de los hechos más relevantes de su carrera, tales como su adicción a las anfetaminas, su paranoia aguda o su triste final, muriendo sin llegar a ver "Blade Runner" en la gran pantalla. La visión de Philip K. Dick sentaba las bases, pero fue el intenso trabajo de script por parte de Hampton Fancher y David Peoples, junto con un Ridley Scott visitado por las mismas musas que cuando realizó otra pieza quintaesencial del cine y la ciencia ficción como es "Alien", quienes modelaron el barro Dickense, añadiéndoles sucesivas capas de romanticismo, ciberpunk (cuando la palabra no estaba denostada ni obsoleta como pudiera estarlo ahora, en el mundo post "Matrix" y post 11-S) y veracidad detallista.
En otros capítulos se nos desgranará toda la tramoya tras lo que vemos, decorados cuidados a la perfección efectos especiales que han envejecido como los mejores vinos y que no sufren el paso de los años como en la mayoría de películas del género. Pero ¿qué género? Ciencia ficción podría ser porque nos habla del futuro, de androides que imitan a los humanos, hay naves y avances impensables para la época, pero también tenemos una trama de cine negro, con un Rutger Hauer solemne, casi bíblico en un estado de gracia que no volveríamos a ver en su carrera y un Harrison Ford heredero del espiritu noir de Bogart, que se comen la pantalla en cada plano. Secundados por la mirada triste de Rachel, la inocente y turbadora de Pris o bobalicona y amenazante de Leon. Conoceremos cómo fue el rodaje para los actores, así como su grado de implicación en tal colosal proyecto (¿fue la inmortal frase de despedida del replicante Roy Batty improvisada por Rutger Hauer?).
Otros capítulos, los más interesantes para los que tenemos espíritu de portera con rulos, son lo que desglosan la infinidad de problemas durante el rodaje, culminando en el auténtico odio dentro de los miembros del equipo hacia el director Ridley Scott, hecho que llevo a la "T-shirt War".
Se le dedican un buen número de páginas a las casi obligadas secciones en este tipo de trabajos, tales como pifias y errores de la película, que sin ser imprescindibles si aportan un toque de desenfado y sacian la curiosidad, y el más necesario capítulo en el que se desglosan las diversas versiones de la película (previo al reestreno en salas de cine de 2007 de la versión definitiva) así como sus diferencias particulares.
Así el texto consta de diecisiete capítulos en los que se cubre desde la concepción del libro de Philip K. Dick y su turbulenta vida, pasando por las sucesivas reescrituras del guión, el intenso trabajo de diseño visual que hay en la película a cargo del futurista Syd Mead. El azaroso rodaje viene desgranado por escenas a lo largo de más de 100 páginas que saciarán por completo nuestro interés por insano que sea. El resto de capítulos cubre los FX, postproducción, la maquinaria publicitaria destinada a promocionar la película, el estreno y cómo alcanzó el status de film de culto.
Finalmente tenemos 9 apéndices que acaban de rematar el estudio del film, como el citado dedicado íntegramente a diferenciar las varias versiones que ha habido de la película o una entrevista con Ridley Scott.
Las posibles disquisiciones metafísicas que conlleva el mero planteamiento del filme, humanos que cazan a réplicas de humanos, la agonía existencial del replicante, que se sabe superior pero con fecha de caducidad ("las estrellas que brillan con el doble de intensidad duran la mitad de tiempo y tú has brillado mucho Roy, hijo mío"), todo esto transpira por cada página de este elaborado making of, en ningún momento tendremos la sensación de que estamos ante una disección fría y apta sólo para freaks de caverna.
"Blade Runner". De las pocas películas que nos han mostrado un futuro crudo, sucio y real, alejado de utopías, mundos felices y sistemas eugenéticos, lejos de la asepsia y la búsqueda de la sociedad perfecta, sin excentricidades ni imposibilidades, donde megacorporaciones tenían el poder de un Dios y a su antojo tejen los patrones del mañana . Un mundo de polución ambiental y moral, donde los sentimientos humanos quedan sepultados entre el neón y el hormigón y tratar de volver a ellos puede ser nuestra única redención posible. Un mundo ciberpunk, un futuro plausible, sin rayos láser ni velocidades de la luz. Un futuro negro en el que los robots lloran, sufren y mueren, como nosotros. Todas esas imágenes con el fondo musical de Vangelis, no se conciben el uno sin el otro, unido por una placenta de corcondancia y sinergia únicas en el cine.
Se le dedican un buen número de páginas a las casi obligadas secciones en este tipo de trabajos, tales como pifias y errores de la película, que sin ser imprescindibles si aportan un toque de desenfado y sacian la curiosidad, y el más necesario capítulo en el que se desglosan las diversas versiones de la película (previo al reestreno en salas de cine de 2007 de la versión definitiva) así como sus diferencias particulares.