El legado que dejó Joy Division hace 28 años está ahora más presente que nunca, y Editors lo demuestra en cada uno de sus temas
Muchos son los grupos que han surgido los últimos años rememorando el sonido post-punk que se desarrolló en Inglaterra a principios de los años 80. Grupos deudores de Joy Division que han tomado el sonido de la mítica banda de Manchester como base para sus composiciones. De ellos, Editors es una de las bandas más destacable.
Era la cuarta vez que la banda de Tom Smith se presentaba ante su público en Madrid. La primera fue en el año 2006 para presentar su primer trabajo de larga duración: “The Back Room”. Dos veces más actuaron en el año 2007, la primera en verano en el festival Summercase de Boadilla del Monte y la última en la sala Joy Eslava, formando parte del festival invernal Wintercase.
Pese a estas dos recientes actuaciones, unas semanas antes del concierto ya estaba todo el papel vendido, y La Riviera presentaba un aforo completo.
El grupo invitado que actuó previamente fue Mobius Band, un trío de Brooklin que presentaba el que es su segundo disco. Melodías pop con matices electrónicos como preámbulo del plato fuerte de la noche.
La sala se oscurecía para recibir a Editors, y empezaban a oírse las primeras notas de 'Camera'. Era esta canción, lenta y oscura, la elegida para empezar la velada. Tom Smith comenzaba en los teclados y su voz grave comenzaba a sonar llenando la sala. Tras este comienzo tranquilo vino 'An End Has A Start', primer single del último disco, canción contundente donde las haya, pero que no sonaba con la fuerza que debía de sonar. Pasó lo mismo con los dos siguientes temas, 'Blood' y 'Bullets', que aunque sonaban bien y estaban bien interpretados, no llegaban a las cotas donde pueden llegar. Era curioso que un grupo caracterizado por la contundencia de sus temas, a la hora de interpretarlos sonaran más tranquilos y suaves que en estudio. Afortunadamente fueron sólo las primeras canciones, y a partir de la mitad del concierto, con 'Lights' como punto de inflexión, el sonido fue demoledor.
Tres canciones más, incluyendo una versión del celebérrimo 'Lullaby' de The Cure, nos llevaron al punto de no retorno del concierto.
Si al principio se había llegado a temer que la fuerza de los discos no se iba a demostrar en directo, a esas alturas ya no había dudas. Editorsiban a romper con su sonido, con las guitarras afiladas, con la voz grave de su cantante, con los teclados… Y la pegadiza 'All Sparks' comenzó a sonar para demostrárnoslo, y después la arrolladora 'Munich' (tercer single de la banda), desatando la locura colectiva.
Una pequeña tregua nos fue concedida con el último single editado 'Push Your Head Towards The Air', con Tom Smith tocando la guitarra clásica y el bajista Russ Leetch, esta vez sentado al piano. Un pequeño descanso con esta preciosa canción para coger fuerzas para lo que iba a ser el remate perfecto a un gran concierto.
Y tras la tregua, 'Bones' y 'Fingers In The Factories' sonaron sin piedad. Si queríamos contundencia nos fuimos con los bolsillos llenos. Dos obras maestras interpretadas magistralmente, con un Tom Smith entregado, que corría por todo el escenario y que subía al piano, guitarra en mano, una y otra vez.
Tras esta descarga de adrenalina, los músicos abandonaron el escenario para salir otra vez e interpretar 'The Racing Rats' (otro de los sencillos del último disco), 'You Are Fading' y la imprescindible 'Smokers Outside The Hospital Doors'.
En total hora y media de dark rock con mayúsculas que fue de menos a más, que se levantó poco a poco para llegar a lo más alto y que mostró que los de Birmingham, con sólo dos discos en el mercado, son ya un referente en la música inglesa de esta década.