“D-Moll”, entendido en nuestro idioma como “re menor”, es el primer trabajo de los alemanes Der Tod Und Das Mädchen, un conjunto con pinceladas neofolks y tines neoclásicos que sumerge cada una de sus composiciones en una solución turbia con altas dosis de melancolía.
"D=Moll" es un trabajo de Der Tod & das Mädchen editado en Lichterklang (Ref: LK007) en Marzo de 2012. Interpretado por D.F.Conscience como vocalista & Retopnr como compositor desde Alemania y navega entre los estilos Neoclassical & Martial y tiene una duración de 40,42 minutos. Enlace Relacionado:Lichterklang Valoración: 7.75 sobre 10
“D=Moll” es el disco debut de un dúo alemán que desde la primera escucha promete dar de qué hablar. El disco está compuesto por once cortes que ponen melodía a diez poemas de diez maestros de la poesía de los siglos XVIII y XIX. El último de ellos es un discurso del Kaiser Guillermo II de Alemania.
En “D=Moll” nos podemos encontrar guiños a autores de la talla de Charles Baudelaire, el poeta maldito por excelencia de una generación decimonónica francesa perdida entre las sustancias estupefacientes y las divagaciones de café. Rechazados en vida y alabados tras su muerte, muchos de ellos nos muestran el decadentismo presente en la existencia que la mayoría de las veces se oculta debajo de la alfombra de la diplomacia para no perturbar a los invitados.
Aunque cierto es que la mayor parte de los poetas de los que bebe este magnífico trabajo son de nacionalidad alemana y austriaca, como es el caso de Franz Karl Ginzkey o Georg Trakl. Éste último me ha sorprendido bastante, ya que supe de su existencia por medio de los llamados “Diarios Secretos” del célebre filósofo vienés Ludwig Wittgenstein, que siempre mostró una gran admiración por él, llegando a donarle una gran cantidad de dinero tras la muerte del padre del pensador. Él dijo una vez sobre Trakl: “No llego a entender la poesía de Trakl, pero su lenguaje me deslumbra, y es lo que mejor idea me da de lo que es el genio.”Al igual que la vida de los poetas malitos, la existencia de Trakl estuvo marcada por el alcohol y los psicotrópicos, suicidándose con una sobredosis de cocaína en un hospital psicriático donde había sido internado.
Estos datos nos dejan entrever el carácter melancólico y opaco que este trabajo esconde. Pura melancolía adornada a base de piano que evoca ocasionalmente piezas de Chopín, como es el caso de su noveno corte, ‘Prag’, una aplastante oda a la marcha fúnebre aderezada con redobles de timbal; o de Schubert, del que además utilizarán una de sus más célebres piezas para dar nombre al grupo.
El disco está vestido fundamentalmente por notas de piano, aunque de forma eventual nos sorprende algún que otro instrumento como el clave, toques desdibujados de guitarra eléctrica o las intermitentes percusiones que otorgan al CD un aire pseudomarcial que agradará a unos más y a otros menos.
El estilo de Der Tod Und Das Mädchen se acerca sin peligro alguno al cosechado por grupos compatriotas como Sagittarius, de los que hablé hace unos meses en Mentenebre. La voz solemne y grave de caballero alemán es un elemento predominante en todo el álbum que sirve como rasgo distintivo y arquetípico para categorizar a este tipo de grupos.
Hablamos de un neoclassical teutón que ya se entrevió en su momento en algún trabajo que otro de los austriacos Allerseelen y que cada vez se especializa y perfila más dentro de un subgénero propio.
Es necesario destacar que “D=Moll” no tiene desperdicio. Hablamos de un álbum cargado de romanticismo decadentista y profano que encandila por su belleza tanto lírica como instrumental. Un magnífico debut de un grupo que, estoy seguro, volverá a sorprendernos.
nombre al grupo.
