Artaud Seth nos lleva de la mano al inframundo maya, un lugar poblado de espíritus y de seres humanoides, en el que todo aquel que se atreve a entrar está condenado a vagar sin rumbo y sin destino por toda la eternidad.
"Xibalba III" es un trabajo de Merciful Nuns editado en Solar Lodge (Ref: SL 010) en Diciembre de 2011. Interpretado por Artaud Seth como cantante y compositor & Jawa Seth como bajista & Jon a la guitarra desde Alemania y se centra en el estilo Gothic Rock y tiene una duración de 46 minutos. Enlace Relacionado:Merciful Nuns Valoración: 9.75 sobre 10
Creo firmemente que todo aquel que se dedica a la crítica musical no es, no puede ser objetivo. Es imposible juzgar con objetividad una obra de arte, pues siempre influirán en tu criterio patrones estéticos, culturales, etc. Lo que sí se debe procurar es ser sincero y honesto con quien te va a leer, tratando de transmitirle que sensaciones provoca en ti la obra de arte en cuestión y tratando a su vez de bucear en los motivos de esas sensaciones. Por eso, basándome en esos presupuestos, diré que a mí este disco de Merciful Nuns me parece una absoluta maravilla, así, sin más. ¿Y por qué? Pues porqué sí, y punto, porque me encanta…
Nunca podría ser objetivo con una obra de arte que saliera de la mente de Artaud Seth, pues casi todo lo que ha hecho ha merecido mi más sincero respeto y admiración. Pero es que este “Xibalba III” supera todo lo que yo podía esperar de cara a un nuevo disco de Merciful Nuns, una banda que ha ido superándose trabajo a trabajo, ofreciéndonos canciones cada vez más redondas e impactantes, con atmósferas más trabajadas y sobrecogedoras y con unos ritmos y unos arreglos cada vez más complejos y hechizantes.
Y es que ya este álbum, centrado en la mitología maya, engancha desde su comienzo con unos increíblemente envolventes teclados atmosféricos que estarán presentes a lo largo de todo el disco. Cuando irrumpen los sinuosos ritmos y la voz autoritaria y profunda de Artaud, ‘The prophecy’, la canción inaugural del cd, estalla en toda su oscura y potente magnificencia , creando en el oyente un estado de ánimo inmejorable de cara a lo que esta por venir.
Y lo que está por venir es absolutamente increíble. La brutal ‘Radiation’, que evoca los mejores momentos de bandas como The Wake, desprende una intensidad, incluso una fiereza, pocas veces conseguida no ya en la carrera de Merciful Nunssino en la de todos los proyectos anteriores de Artaud Seth. ‘Dark trails’ baja un poquito la velocidad pero sin perder un ápice de la intensidad antes mencionada. Su agilidad y su dinamismo son contagiosos, sumamente contagiosos, tanto como los de la tremenda ‘Ancient astronauts’, pura elegancia y sobriedad gothic rock, tan magníficamente arreglada como el resto de las canciones de este auténtico discazo.
Pero todavía hay más, mucho más. ‘Dwellings of Gods’ retuerce sus melodías, llevándolas por caminos de sinuosa y envolvente oscuridad, de atmósferas tan negras y amenazadoras como ese inframundo al que este disco nos pretende llevar. ‘The return’ nos traslada a terrenos donde un violento frenesí oscuro se apodera de nuestras almas, haciéndolas hervir de siniestra pasión ante el fabuloso panorama que dibujan sus enervantes y efervescentes melodías y sus majestuosos arreglos.
Aunque sin duda “Xibalba III” es el disco más cañero de Merciful Nuns, también hay espacio para temas más suaves y lentos. De entre ellos brilla con luz propia el monumental ‘Year Zero’, un medio tiempo sobrio y solemne, casi procesional, en el que la atmósfera que proporcionan unos inspirados teclados resulta fundamental. Los dos temas que cierran el disco, ‘In between worlds’ y el bonus track ’13.0.0.0.0’ son dos canciones en las que me ha costado algo más entrar que en el resto de cortes pero que, una vez conseguido, las disfruto tanto como a sus compañeras. Las tristes y melancólicas melodías, junto con los maravillosos ( una vez más ) teclados de la primera de ellas y la atmósfera, entre triste y semi-ritualística, de la segunda, además de su maravilloso y oscuro estribillo, me han ayudado bastante a ello.
Sin duda alguna estamos ante el mejor disco de Merciful Nuns y, casi con seguridad, ante uno de los mejores discos de la prolífica carrera de Artaud Seth. Teniendo en cuenta que con cada nuevo trabajo esta banda ha ido superándose, mejorando y yendo a más, tiemblo de placer al pensar en lo que nos espera en su próximo larga duración, que espero sea lo más pronto posible.
Para finalizar, espero que haya quedado suficientemente claro que soy un fan declarado de Merciful Nuns, pero por si no ha sido así, aprovecho ahora para reiterarlo…
Creo firmemente que todo aquel que se dedica a la crítica musical no es, no puede ser objetivo. Es imposible juzgar con objetividad una obra de arte, pues siempre influirán en tu criterio patrones estéticos, culturales, etc. Lo que sí se debe procurar es ser sincero y honesto con quien te va a leer, tratando de transmitirle que sensaciones provoca en ti la obra de arte en cuestión y tratando a su vez de bucear en los motivos de esas sensaciones. Por eso, basándome en esos presupuestos, diré que a mí este disco de 
Pero todavía hay más, mucho más. ‘