Mezclando brutalidad y melodía, los germanos Emil Bulls sacan a la luz el que ya es su quinto disco, un trabajo cargado de demoledora energía metalera, no exenta de un refrescante impulso adolescente.
"Phoenix" es un trabajo de Emil Bulls editado en Drakkar Entertainment Gmbh (Ref: 88697 566182) en Septiembre de 2009. Interpretado por Christoph von Freydorf como cantante & Stephan ´Moik´ Karl en la guitarra & Andy Bock en la guitarra & James Richardson al bajo & Fabian Füss como batería desde Alemania y se centra en el estilo Metal y tiene una duración de 51 minutos. Enlaces Relacionados:Emil Bulls & Emil Bulls MySpace & Drakkar Entertainment Gmbh Valoración: 7 sobre 10
La carrera discográfica de esta banda alemana comenzó allá por 2001 con su primer disco y se ha visto culminada en 2009 con este "Phoenix", un trabajo intensísimo y brutal, de guitarras avasalladoras y batería incansable, pero que al mismo tiempo no desprecia para nada la melodía. Ya desde la atronadora apertura que es 'Here comes the fire' podemos apreciar que estamos ante un disco potente y muy cañero, quizá más apto para públicos menos 'oscuros' y más 'metaleros', pero al que cualquier mente abierta le podrá encontrar elementos destacables.
La gracia de este disco está, para mí, en la sugerente mezcla de brutalidad y melodía en prácticamente todas las canciones. Las salvajes descargas metaleras que atronan nuestros oídos se ven asaltadas constantemente por un inequívoco aire a un hard rock adolescente americano, más apto para surfistas universitarios que otra cosa. A pesar de que en un principio pudiera parecer bastante indigesta, lo cierto es que tal mezcla funciona bastante bien, llegando en ocasiones a alcanzar momentos brillantes. También resulta muy destacable la versatilidad del cantante, que tan pronto adopta un registro desgarrado y brutal como uno altamente melódico e inequivocamente adolescente.
Hay dos temas que destacan realmente sobre todos los demás. El primero de ellos es 'The architects of my apocalypse', cuyo estupendo título nos predispone a su favor desde el principio. Este es uno de los cortes más variados del disco, repleto de espectaculares melodías, algún que otro teclado muy de fondo y un espectacular trabajo de batería. Es aquí donde el cantante muestra con mayor claridad esa variedad de registros a la que antes he aludido. Realmente se trata de una canción brillante en su complejidad y muy conseguida.
El segundo es el que sirve de cierre al disco, al menos en su edición normal. 'I don't belong here', pues ese es su nombre, es todo un baladón que comienza con una dulzura muy difícil de preveer por lo escuchado hasta ahora. La voz es suave y limpia y el piano dibuja melodías de una belleza sorprendente, arropado por puntuales teclados envolventes que recuerdan a una delicada voz femenina. A medida que va avanzando el tema, el más extenso de todo el disco, se van incorporando guitarras, que acabarán explotando con cierta fuerza en la última parte del mismo, aunque sin que ni la melodía ni la voz pierdan ese aire triste y melancólico que tan bien ha conseguido captar la canción desde su comienzo. Un tema redondo.
Los demás cortes, aunque también tienen una gran presencia melódica, se ven más dominados por el lado más metalero de la banda, un metal, como ya he dicho, contundente, brutal y muy dinámico, pero con escasos elementos oscuros ( aunque alguno hay ); aún así se trata de un disco interesante para cualquier persona abierta de mente. Por cierto, Drakkar Records ha sacado una edición limitada de "Phoenix" en la que se incluyen cinco temas extra, todos ellos remezclas que, aunque no he tenido la oportunidad de escuchar, seguro que están a la altura de los temas de la edición original.