Prikosnovenie presenta con esta banda su nuevo subsello Nove, dedicado a lanzar la obra de autores noveles.
"Hilvern" es un trabajo de Artesia editado en Prikosnovenie (Ref: prik101) en Febrero de 2006. Interpretado por Agathe M. como vocalista y pianista & Gaëlle D. interpretando el violón desde Francia y navega entre los estilos Neoclassical & Ethereal y tiene una duración de 40,15 minutos. Enlaces Relacionados:Prikosnovenie & Artesia Valoración: 7 sobre 10
Artesia estrena el nuevo subsello de Prikosnovenie, Nove, dedicado al lanzamiento de nuevos valores musicales. Esto sucede ahora que Prikosnovenie cuenta con más de 100 álbumes en su catálogo tras 16 años –que se dice pronto- de historia.
Artesia es un duo de origen francés, formado por Agathe M., vocalista y pianista, y Gaëlle D. que se encarga del violón. Su fundación original tuvo lugar en 2001, cuando el proyecto sólo lo conformaba Agathe, y no fue hasta 2003 cuando comenzó a participar Gaëlle en el grupo y se grabaron los ocho temas que componían su primer trabajo, "L'éveil de L'âme", que contó además con la colaboración de un músico invitado, Loïc C. quien se encargó de las percusiones y de la guitarra. Este álbum tuvo poca repercusión y una escasa distribución. Es ya en 2005 cuando graban el álbum "Hilvern", que aquí reseñamos, y fichan definitivamente con Prikosnovenie, encargada de que este disco vea la luz.
A juzgar por los instrumentos que componen la formación de Artesia se intuye que la música que ejecutan va a seguir unos parámetros clasicistas, y por estar en el sello en el que están, la voz femenina va a tener una especial preponderancia. Y así es, con el sonido profundo del violón y con los teclados se crean atmósferas que evocan tiempos pasados, una suerte de escapismo de esta época que nos ha tocado vivir. Esa es mi impresión, que hay un deseo de trascendencia detrás de la música de Artesia, la visita de un más allá elevado y lejos de la cotidianeidad de la era industrial.
Es un CD reposado, relajante, que transmite sensaciones de elevación, casi celestial. Se ve planear por toda su música la influencia clara de Dead Can Dance, sobre todo en sus temas más etéreos. También tienen concomitancias con grupos como Attrition, Arcana, Dark Sanctuary o sToa, o más cercanos a nosotros, Narsilion y Trobar de Morte. Algunos críticos han venido a emparentar su sonido con Elend, esos desterrados del metal y metidos a neoclásicos, no obstante la diferencia fundamental con ellos es la voz. Estamos entonces ante un puro lenguaje clasicista con voces etéreas.
La música de este CD tiene un estilo muy definido y uniforme, con todas las canciones cortadas por un mismo patrón, no hay investigaciones ni coqueteos con diferentes estilos. La única variante es la inclusión en ocasiones del piano en algunos de los temas. El regusto de todas las canciones es un poco tristón, pues la voz es algo lánguida e invita a la melancolía. Esto se transluce en temas como 'La Clairière des Fées' o 'Prière au mortel'. Quizá el mejor tema de todos sea 'Les Hommes Ne Se Rappellent Plus Mon Nom', el más cadencioso y arrullante de todos. 'L'abandonnée' es también otro gran tema, que me recuerda a las atmósferas creadas por Lycia, pero eso si, con voz femenina. Hay que comentar también la presencia de un tema instrumental, 'Barenton', que sigue la línea de los temas anteriores, sin aportar grandes cosas.
No es un CD que me haya seducido mucho, pues es difícil innovar en este territorio neoclásico y grupos como sToa o Arcana han puesto el listón muy alto. No obstante estamos hablando de un segundo trabajo de la banda y que resulta muy digno. Además la producción es excelente. Es un CD muy recomendable para veladas de tertulia a la luz de las velas mientras se filosofa acerca del sentido de la vida. Para fans incondicionales del neoclásico etéreo.