Los abusos del papado a comienzos de la Edad Moderna provocaron la reacción reformista encarnada en la figura de Martín Lutero. La idea del mal incardinado en la iglesia y que el anticristo era el mismísimo Papa de Roma va a germinar en la publicación de numerosas estampas que a continuación analizamos.
Hans Sebald Beham, "Alegoría de las órdenes monásticas" (1521)
Es un ejemplo representativo de la imaginería crítica contra el clero católico. Las tres figuras alegóricas, orgullo, lujuria y avaricia (Superbia, Lujuria, Avaricia) agarran a un monje con sus garras, mientras que un campesino, ensombrecido y animado por la pobreza (Paupertas), trata de hacerle tragar un libro, probablemente la Biblia. Esta ilustración nos proporciona diversas interpretaciones, pero la más coherente sería la de colocar la imagen en la tradición tardomedieval del anticlericalismo. Un monje, objeto del popular descontento debido a la riqueza y la explotación asociadas con las órdenes monásticas, está apartado de las sagradas escrituras por los tres vicios. El campesino agarra al monje por una mata de pelo y le hace tragar el libro mientras recibe el aliento de la Pobreza. Aquí el campesino es el triunfador de la palabra de Dios; sin embargo, el monje rechaza el conocimiento de la Palabra (simbolizado, quizá, por el libro desechado a sus pies) y debe ser forzado a afrontar la verdad por el campesino. Detrás de todo esto está un comentario de carácter social: la Pobreza y el campesino están del lado de Dios, mientras que el monje ha caído en el vicio y el pecado.
Peter Flötner, "La Procesión del clero" (1535)
Flötner centra el significado de su imagen en la iconografía de la procesión popular religiosa. Personajes católicos, objeto de mofa e insultos, van de una iglesia a otra mientras que el texto relata su locura. A la cabeza de la comitiva un cura agita un incensario. Le sigue un coadjutor que echa agua bendita a un cazo que porta una mujer laica, que parecería ser el remedio para curar los pecados. Después vienen dos frailes que vomitan a consecuencia de una borrachera, seguidos de dos canónigos bebiendo grandes jarras de cerveza. Les sigue el abad, que es la figura principal de la imagen. Es transportado en andas por dos locos que siguen a dos monjes, probablemente niños que llevan linternas. El texto que acompaña la imagen dice: “Se ha atiborrado de ocas y vino, esos dos caballos podrían apenas ser capaces de empujarlo adelante”. Finalmente hay un grupo de monjas, con el siguiente texto relativo a las mismas: “¿Te gustaría venir con nosotras a la injusta iglesia?”.
Pancratz Kempf, "La diferencia entre la verdadera religión de Cristo y la falsa, enseñanzas idolátricas del anticristo". Xilografía1550.
En la segunda mitad del siglo XVI, la condenación de la iglesia católica formó parte de la confesión luterana tan firmemente como cualquier doctrina positiva. Aquellos que vieran el altar de Wittemberg habrían entendido que sus paneles sobre la verdadera religión implícitamente vilipendiaban a la falsa, los conceptos y los ritos que describían mostraban objetos y acciones que estimaban diabólicas. Con o sin llamas, la iglesia purificada condena a aquellos que están en desacuerdo. Este violento discurso se manifiesta sobre todo en el período de mayor elaboración de imágenes de predicación. La xilografía titulada "La diferencia entre la verdadera religión de Cristo y la falsa, enseñanzas idolátricas del anticristo" recolecta las negaciones sobre las cuales la fe evangélica se fundaba. En él, la religión de la palabra muestra su dependencia de las imágenes que purga. Este intrincado grabado en dos partes sobrevive en dos versiones, una acompañada de un texto de Matthias Flacius Illyricus y otro sin texto. Flacius probablemente ideó la xilografía y supervisó su publicación en Magdeburgo, lugar de donde fue líder teológico y polemista. Aunque próximo la forma y el tema a los trabajos del taller de Cranach, la xilografía adolece de monograma, y su procedencia de Magdeburgo apunta al grabador Pancratz Kempf, cuyo nombre aparece en varias imágenes satíricas del estilo de Cranach.
Carl Christensen ha datado la xilografía después de la batalla de Mühlberg. Johann Friedrich de Sajonia, representado portando una cruz, muestra la cicatriz en el rostro que recibió en combate en 1547. Algunos retratos de Cranach y Kempf convirtieron esta cicatriz en un estigma de una especie de pasión cristiana de Johann Friedrich que soportó cuando, desprovisto de sus poderes como el lector imperial, vivió sus últimos días en el exilio en Weimar. Más fundamentalmente y debido a la datación de las xilografía al período que va desde 1547 hasta la muerte del príncipe en 1554, Christensen lo coloca en el contexto del acuerdo religioso logrado entre el emperador y los territorios luteranos derrotados.